Cuarta carta.

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"Esta será la última carta que enviaré", pensó Tord.

"Me reuní con los chicos hace un par de días."

Tord comenzó su última carta con esa frase.

Se sentía seguro por una vez en su maldita vida después de haber cruzado por aquel error del pasado. Libertad, felicidad, emoción, seguridad. Todos esos sentimientos los había vuelto a recuperar simples cartas. En su mente se daba el lujo de pensar de que Tom reaccionaba a los aviones de papel que mandaba, y eso provocaba más sensaciones fuertes en él.

"Descubrí que entre vosotros a estado cayendo algunas peleas por mi culpa."

Tal vez estaba delirando, y solo estaba loco por Tom. Pero él no estaba diciendo nada malo, solo escribía tratando de arreglar las cosas , y en un futuro, tal vez, poder recobrar la amistad perdida durante tantos años.

"Y se que no paro de decir lo siento"

"Y se que puedo ser lo peor"

"Y tal vez, algo dentro de mi a estado diciéndome todo este tiempo que nada sucedería, ni siquiera algo como para poder que me toleres"

Se sintió una carga por mucho tiempo, incluso cuando escribió la primera carta.

Pero mirando hacia atrás, se dio cuenta de que si solo se fijaba en lo que estaba mal con él, o de pensar en como sería su vida si no hubiera nacido, no conseguiría nada. Todo eso no importa en absoluto, porque vivir es uno de los mayores regalos que alguien puede tener, y lo estaba desaprovechando.

Porque si morimos y hemos desperdiciado todos los años de nuestra fortuna, entonces no seriamos seres humanos, porque nunca sentimos amor ni felicidad. Algo que hizo que te levantaras cada mañana y lucharas por conseguir algo o por disfrutar de lo que el mundo te ofrece. Ese era el camino correcto.

Ese era el camino que Tord quería, dejaría toda pena atrás.

"Pero, ¿sabes?, aprendí muchas cosas tan solo por volver aquí."

Escribió la mejor carta.

Dejó que su mente y su mano se aliaran y mezclaran con el fin de estar satisfecho con el resultado y terminar aquel pequeño habito. No quería que su amor se marchitara y se convirtiera en una obsesión más grande de lo que el noruego podía controlar.

Podría clavarse sus propias espinas.

Cuando terminó y leyó el resultado, estaba entusiasmado, satisfecho finalmente. Aquellas emociones le dejaban un pequeño cosquilleo en su estomago y era realmente agradable.

Dejaría libre a Tom, y por un tiempo disfrutaría de lo que podía llamar "familia". Después solo era cuestión de que el tiempo pusiera todo en su lugar. Rechazaba cualquier pensamiento depresivo, trataría de llevar una mejor vida desde ese momento, y trataría de que su familia y sus amigos también la llevaran.

Dobló el fino papel formando un avión, fue a su ventana y corrió las cortinas llevándose una grata sorpresa. Tom estaba en su cama tumbado revisando su teléfono. Tord sonrió, iba a ser la primer vez que mandaría su carta cuando el estaba allí dentro. Las otras veces esperaba a que la habitación estuviera sola para mandarla.

Con un suave movimiento lanzó sus últimas palabras.

Aquella carta aterrizó cerca de Tom.

Y él gruñó.

Agarró aquel trozo de papel con fuerza, se dirigió a su papelera y tomó las otras. El rostro de Tord paso de ser sonriente a tener una visible confusión. ¿Tan mal le sentaban sus cartas?

Tom buscó un objeto entre sus cajones, tenía las cartas en su mano izquierda y en la derecha rebuscaba. Encontró lo que quería.





Un mechero.





Se dirigió a la ventana, cara a cara con Tord, quien estaba algo paralizado y sorprendido, esto ya no le parecía tan agradable, incluso se podría decir que tenía miedo por lo que podría hacer con ellas en su mano y un mechero.

Tom lo encendió, quemando cada una de las cartas que Tord había escrito con tanto sentimiento para él. Estiro sus brazos y dejó que cayeran mientras el fuego las iban consumiendo.

"¿ERA NECESARIO?"

Tord dijo sus primeras palabras a Tom.

Si antes estaba hundido en malos pensamientos, ahora se encontraba totalmente enterrado por la tristeza. Toda su dedicación, su amor, su buena fe...

¿Todo eso para nada?

Con que me dijeras que no querías que te mandara cartas era suficiente... —Tord miraba hacia abajo, sus cartas estaban casi destruidas, su voz era temblorosa.

Si tan solo hubiera leído esa, sabría que ya no iba a haber más.

Si tan solo hubiera  leído su carta, sabría que iba a hacerlo para mejorar.

Pero ahora solo logró hundirlo más en su miseria.


Hurts Like Hell [TomTord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora