Capítulo 3

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—¿Esta era tu magnífica idea, Paul?

Mudarse al lado de ellos.

—No es original, pero funciona —me miró con su típica expresión seria.

—¡Funciona en las películas, no en la vida real! —entré en pánico.

Todos mis derechos habían sido arrebatados, ya no tendría más libertad. Si quería salir, ya no podría, ¿qué pasaría se me encontraba con alguno de ellos? ¿gritarían? ¿me golpearían? Hay demasiadas posibilidades, demasiados errores que cometer, no podía permitirme algo así, no otra vez.

—Eres un paranoico, ¿lo sabías? No va a ocurrir nada de lo que estás pensando.

—Pero-

—Nada de peros, ¿no quieres aprovechar la oportunidad que Pat y yo te estamos dando? —Paul alzó una de sus cejas—. Porque si no lo hicieras sería muy estúpido de tu parte, ¿no crees?

Patryck le dio un codazo.

—No te pases con él... —murmuró.

Paul le miró y suspiró, Patryck era el único que podía calmarlo. Era el único chico que pudo llegar a entrar en su corazón, convirtiéndose en su pareja. Hasta el día de hoy, sigo pensando que yo aún estoy "subiendo" aquella "montaña" llena de picos interminables para lograr entrar al mismo lugar al que un día Patryck llegó, el corazón de Paul.

¿Algún día Paul me consideraría como un familiar? No tengo una respuesta para ello.

—Si, ya sé que soy un estúpido, no necesito que me lo recuerdes...

Me miró.

—No te tomes tan en serio lo que te digo, sabes que soy así...

—Lo sé, lo siento.

—¿Por qué no vas a tu habitación y descansas, Tord? Con tan solo ver tu rostro puedo deducir que no dormiste bien en varios días... —Patryck me sonrió de lado, tratando de transmitirme calma.

Suspiré rendido ante su amabilidad, entonces obedecí su petición y subí.

—Te pasaste...

—Solo trato de que no se aferre al dolor, ¿está bien? No se hacerlo de otra manera, no se cómo cambiarlo para que deje de ser tan negativo.

Fue lo último que escuche de ellos dos.

Subí arriba y entré a mi nueva habitación, no había nada que destacar en ella, nada me resultaba interesante. Me lance a la cama agotado, mi cuerpo apena tenía fuerzas.

Giré mi cabeza hacia la ventana, observando lo que podía desde mi cama. El edificio tapaba la vista.

—Aparte de vivir al lado de los chicos, tampoco puedo ponerme en la ventana a ver la vista porque el edificio tapa todo... —murmuré molesto.

Me levanté de la cama y apoyé las manos en el marco, me di cuenta de que mi ventana pegaba a la ventana de alguien. Tenía su cortina abierta, por lo que podía ver la habitación por dentro; paredes pintadas de azul oscuro, cama con sábanas de color igual, todo el cuarto desordenado, con muchos papeles sobre la mesa y un bajo medio roto...

—No puede ser...

Era la habitación de Tom.

¡Cómo era posible que la peor suerte acabará en un bastardo como yo! ¿o tal vez era buena suerte? Sin importar lo que fuera, tenía un serio problema. Tom, la persona que amo y la persona que más me detesta en este mundo vivía pegado a mi habitación.

¿Cómo podría decirle hola de nuevo? Mi mente se había quedado en blanco, mis mis grandes y maravillosas ideas se habían ido y mi mente había tomando el vuelo, pero no mi cuerpo. ¿Habría alguna forma de acercarme a él lentamente? Porque es lo que más deseo, pero también lo que más me aterra hacer, la inseguridad invadía todo de mí.

Siento como el huracán se acerca...

Hurts Like Hell [TomTord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora