Mi Hermosa Omega. ©

3. Tu aroma es delicioso.

— ¿Por qué? ¿No quieres? — Me reí un poco.

— No es por ofender Luna. Pero no miraría así a Warren. — Admití en voz alta. — Es como el hermano mayor que nunca tuve. — Ella sonrió como si supiera algo que yo no, tiene ese parecido a Warren.

— Warren ¿Fue ayer a esa clínica verdad? — El Alpha asiente. Y ambos voltean a verme. Rio un poco.

— Amm realmente no creo que sea su hijo. Es mi mejor amigo, como mi hermano. Él me lo habría dicho si así fuera, además no estoy hecha para ser Luna. — Digo algo divertida. Ellos me ven aún más serios.

— No es por ofender. — Ambos se ríen.

— Si no encuentras a tu Mate pronto. — Prestó atención. — Creo que lo ideal es que te cases con Warren. — Carcajee. Pero ambos me vieron serios.

— Hablo en serio ya le pregunté a tus padres, y ambos estaban de acuerdo. Se conocen desde que eran cachorros. Y sé que serás una buena Luna. — Suspiró con pesadez.

— ¿No están bromeando? — El Alpha se cruzó de brazos.

— ¿Te parece que lo hago? — Trague saliva y negué.

— Alpha, Luna. En serio creo que yo no tengo madera de Luna ni a palos. — Admití. — Así que ¿A cuanto tiempo se refieren a que si no encuentro a mi Mate "Pronto"? — Pregunte con esperanzas.

— Warren ascenderá a Alpha en el siguiente mes, te daremos dos meses como mucho. — En mi mente hacia cuentas, demonios. Estoy jodida. La Luna sonrió ya que leyó mis pensamientos.

— Tranquila, la Luna me está susurrando casi. Tú debes estar con mi hijo. — Negué.

— No señora, su hijo se merece una Alpha tan fuerte como él. No alguien como yo con mucho miedo al compromiso. — Admití.

— ¿Qué te hace creer que tienes miedo al compromiso? —

— Pues es lo más lógico si no me había transformado antes. — Digo obvia.

— Pero eso era antes, ahora estás lista. Y me llenará de orgullo tener a una Omega como nuera. — Sonrió Luna, agaché la cabeza sin saber qué contestar.

— ¿Ya desayunaste? — Niego. — Bien entonces quédate. — Suspiró y aceptó. Levantándome tras ellos. Al parecer el desayuno ya estaba listo en el gran mesón y veo a los chicos sentados. Creo que no les sorprende mi presencia.

— ¿Ustedes ya encontraron su mate? — Y casi me atraganto con el desayuno. Todos niegan.

Mientras que Warren se queda quieto y asiente. Sonrió, así su madre no me obligará a juntarme a él solo por ser una Omega. Ya no estaba tan jodida. Sonreír como nunca antes, y aquel bocado en mi boca sabía a jodida gloria.

Aunque la situación era que entendía a Luna y sus acciones, realmente no la culpaba, porque tener una Luna en la manada que fuera Omega era un lujo. Y siendo sincera la idea de una omega como Luna en la manada era mucho más alentador que una Alpha como Luna. Pero yo no quería meterme en esos problemas de manada, demasiado complicados.

— Eso creo...— Todos le miramos sorprendidos y yo estaba sonriente, saboreando la victoria. Él siempre ha sido reservado con eso.

Además su Mate, nuestra futura Luna será muy afortunada, ya que el chico no ha tenido novia que yo sepa, es una mezcla de un chico serio, enojón a veces, enorme, pero es el mejor en todo.

Su Luna no podría quejarse, sus celos, los pasa solo y encerrado en la mansión principal de la manada esos cinco o siete días. Y a veces eso explicaba que estuviera de mal humor en ocasiones. Nadie entiende porque se contiene tanto, pero creo que es una decisión sensata para su Luna, sobre todo si ya sabe quién es.