Mi Hermosa Omega. ©

18. ¿Embarazaste a mi hija?

— ¿Olive? — Warren voltea a verme antes que salga de la cama.

— Iba a darme un baño y ver que todo estuviera en orden. — Sonrió como si me atrapara en una travesura.

— ¿A esta hora? — Voltea a ver a la ventana porque de hecho el sol no ha salido del todo.

— Si. — Digo un poco nerviosa.

— ¿Estás asustada porque aún no se han acercado a casa? —

Mis padres habían regresado a su casa en el pueblo de la reserva, y no... No se había acercado a la mansión.

— ¿Qué? — Mi voz salió mucho más chillona de lo normal. — No. —

— ¿Segura? — Asentí. — ¿Por eso fue que pediste que pulieran cada esquina de la mansión antes de ir a dormir ayer? — Solté una risita.

— Es que se veían bastante desocupados. Y pronto será el festival de primavera. Ya mande a pedir los adornos, y los panfletos para los concursos y premios que habrán. — Enarcó una ceja asombrado. — ¿Crees que les guste? —

— Claro que sí. Mamá no permitía los concursos por cosa de competitividad y que eso hacía que nos alejaramos como manada y no sé qué. — Sonreí por que eso ya lo tenía cubierto.

— De hecho solo es para conocernos más como manada, no todos somos iguales y tenemos los mismos dones, así que creo que esta actividad hará que nos divirtamos un poco más. — Sonríe satisfecho sabiendo que tengo razón.

— Lo que digas mi Luna. — Besa mis manos, — Ahora vuelve a dormir. — Niego.

— El desayuno aún no está listo. ¿Y si vienen mis padres y el desayuno no está listo? — Rodó los ojos.

— Los regresas para su casa. —

— Warren. — Lo regaño.

— ¿Qué? —

— Son mis padres. —

— Y tú eres mi Luna. — Pasea su enorme mano por mi mejilla. — Y deberías sólo cuidar de ti y ver que mis cachorros estén a salvo. — Niego, muy asustada de que mamá venga y no le agrade como estoy controlando la situación.

— Duerme un poco más. — Lo miró mal justo antes de sentir mis ojos pesar, sabe que voy a regañarlo cuando despierte, porque no me gusta que use su voz de Alpha conmigo.

(💤)

— ¿Warren? — La habitación esta vacía y el sol ya salió, suspiró asustada, e intento relajarme antes que Warren se de cuenta por la conexión, corro al baño a vomitar un poco, de paso hago mis necesidades y me baño lo más rápido que puedo.

Me acerco extrañada al closet, tengo un vestido rosa de algodón cómodo y femenino que al parecer él quiere que use, suspiró y me lo pongo, pero no me convence cuando me veo al espejo, mi vientre se esta hinchando demasiado para ser de ya casi tres meses, quizá mi cachorro será muy sano y fuerte. Me pongo con rapidez un par de zapatillas muy cómodas.

— ¿Warren? — Sigo su olor distintivo a mi hogar. Para mi sorpresa no está en su despacho sino en la cocina.

— Despertaste a tiempo, iba a ir a llamarte. — Enarcó una ceja al ver el desayuno perfectamente listo, un par de tostadas, mantequilla, huevos revueltos, fruta, yogurt, café y además jugo de naranja.

— ¿Tú cocinaste? —

— Si, es la primera vez que cocino tanto. — Mi ceño se frunce. — Mande a llamar a tus padres, y tú estás comiendo por cuatro personas. — Lo miré alarmada.