7. Dulce Omega.

122K 8.1K 1.4K
                                    

Emillie Olive Brooks.

Me observe en el retrovisor, extrañamente mis labios y mejillas estaban sonrojados, mi cabello más manejable que en otras ocasiones. Me sentía extraña, para nada como en otro celo, quizá estaba manejándolo. También mis caderas se estaban ensanchando y lo dejaba ver el overol tallado de short, y la camiseta pegada que llevaba.

Era totalmente extraño, quizá mi cuerpo se estaba tornando como el de una omega, increíblemente femenino, y mis caderas preparándose para albergar crías, pero no de cualquiera, de mi Mate, porque yo así lo quería. Suspire pesadamente y baje, la pastilla haría el resto del trabajo.

— Buenos días. — Dije llegando hasta donde Warren, quien se encontraba sin camisa con un jeans y zapatillas deportivas. Estaba cargando unos troncos. — ¿Te ayudo? — Le pregunte, este me observo de pies a cabeza y sonrío negando.

— Nosotros nos encargamos. — Dijo apuntando a Hunter y Liam. Y a lo lejos otros lobos parte de la manada ayudaban. Asentí pues solo estaban moviendo la madera para hacer espacio.

— Te ves muy bonita hoy. — Dijo con una sonrisa extrañamente llena de orgullo. Sonreí, eso era nuevo, casi nadie me hacía cumplidos.

— ¿Qué tal si vas al comedor? Mi madre está haciendo unas cosas ahí, seguramente te dirá que hacer. — Asentí para dar la vuelta de camino al comedor.

— Buenos Días. — La saludé, ella me observó de pies a cabeza y sonrío.

— Buenos Días, Dulce Omega. — Y yo trague fuerte.

— No quiero que nadie más lo sepa. — Dije suplicante y en un susurro, era una suerte que solo nosotras estuviéramos aquí.

— Bueno, está bien, admito que podría causarte algunos problemas. ¿Qué tal si me ayudas a pegar estos banderines? —

Eran unos adornos increíblemente bonitos sobre la Luna y todas sus fases, había otros que solo tenían la Luna llena también hermosos. Cuando me senté a su lado y me dediqué a terminar con los adornos y banderines, ella no quitaba sus ojos sobre mí.

— ¿Pasa algo? — Le pregunté asustada, tal vez la pastilla había dejado de surtir efecto.

— Es solo que hueles bien. —

— ¿Se nota el celo? — Pregunte asustada.

— No. — Negó y yo solté un suspiro de alivio. — Pero si puedo oler en ti ese aroma a Alpha celoso. — Dijo riendo, apartando mi cabello de mi cuello, Warren me había dado unas cuantas mordidas ayer que no se quitaban fácilmente.

— Si, fue solo una pequeña ayuda. — Dije evitando mirarla a los ojos. — Nada serio. — Ella enarcó una ceja. Volvía a olfatearme.

— Hueles a un Alpha de sangre pura. — Y sin querer me dio hipo. Ella soltó una carcajada. — ¿Es Warren? ¿Verdad? —

— Luna, para que me pregunta si ya lo sabe. — Dije sin dejar de ver mis manos.

— Yo ya no soy la Luna, ya no puedo leer tus pensamientos, puedes decirme Marie. — Me sonrío feliz. — Solo es adorable ver como una omega se sonroja cuando la atrapan infraganti. — Dice riendo. — Aunque me preocupa que no sea serio. — Dijo viéndome a los ojos.

— ¿Crees que no conozco a mi hijo? No creas que es solo porque eres una omega. — Un carraspeo llamó nuestra atención, era Warren. — ¿Necesitas ayuda en algo? — Asintió.

— No sabemos dónde poner estas cosas. — Dijo apuntando unos adornos, sin dejar de verme.

— Bien, voy con ustedes. Sígueme Olive. — Dijo sonriente, yo la seguí de cerca.

Ella solo daba indicaciones y le hacían caso. Mientras tanto yo, solo les hacía llegar los adornos.

Terminamos con esos, y los chicos estaban exhaustos. Divise una heladera, fui hasta ella por botellas de agua. Y les pase una a cada uno.

— Los dejo en buenas manos iré a ver cómo van los demás.— Soltó sonriente. Yo me quedé con ellos un rato, ya regresaría a hacer más banderines y adornos.

— Te ves bien Emilie. — Me sonrío Hunter, yo devolví su sonrisa. — Me pregunto quién te habrá dejado esas marcas. — Casi palidezco cuando Hunter pasó sus dedos por mi cuello, si seguía así las pastillas no me ayudarían en nada. Warren empujó su mano viéndolo mal y negando.

— ¿Qué? Solo tengo curiosidad de saber cómo son los tipos que le gustan a Emilie, nunca la he visto con nadie así que me gustaría saber con qué clase de Alpha se está viendo. — Dice obvio. Warren solo bufa tomando más de su agua fría.

— Cierto, ese Alpha es bastante fuerte. — Dice Liam con solo ver mi cuello y sentir mi olor. — Seguramente quizás hasta te pueda hacer competencia. — Habla risueño viendo a Warren. — Es que no se ofendan, pero hueles como Warren. — Rió.

— Si yo también lo note. — Dijo Hunter siguiendo su risa.

— Quizás se le quedó un poco de mi olor cuando la fui a dejar anoche. — Sonreí, "O cuando me hacía un fabuloso oral" Pensó mi loba descaradamente.

— Pero tranquilos sabemos que son como hermanos, incompatibles. —

No diría eso si supiera que la deliciosa lengua de Warren había estado en mi interior ayudando con mi Celo ayer. Reí con ellos también para disimular y Warren no pudo evitar reírse a carcajadas.

— ¿Estás saliendo con él? — Me pregunta de repente Liam. Negué.

— No, no es nada serio. — Negué. — Solo me ayudaba en algunas cosas. — Estos rieron divertidos.

— Nunca te había visto sonrojada. — Habló Hunter divertido. — Me pregunto en qué clase de cosas te habrá ayudado. — Dice moviendo las cejas coqueto.

— No es nada de lo que te imaginas. — Dije riendo. — No seas cerdo. — Reí con ellos, y me levanté antes que hicieran más preguntas. — Iré a terminar de ayudar en la cocina. —

Camine a paso rápido sin esperar respuesta. Suspire más tranquila, y solté sin querer un poco de feromonas, y me serví un vaso de agua.

— No seguirán riendo si se enteran de ayer. — Escuché que hablaba Warren a mi espalda. La verdad era que tenía razón.

— Y tu mamá ya lo sabe. — Solté. — Fue vergonzoso. — Admití recordando la vergüenza.

— Tranquila, sé que no le molesta. — Rió acercándose.

— Warren, tú madre puede confundir las cosas y querer obligarte a que te cases conmigo, ella ya sabe que soy una Omega, y quiere que tu Luna sea una Omega, creo que es mejor si mantenemos distancia. Si no quieres que te obliguen a casarte conmigo. — Dije con pesadez.

— ¿Y quién dice que eso me molesta? — Lo vi mal.

— Creo que es mejor que mantengamos distancia. — Pedí terminando ese tema cuando lo vi acercándose demasiado a mí, pues Hunter había alborotado ya mis sentidos, y sé que Warren haría que mis piernas temblaran con un solo toque.

— Solo pensaba ayudarte un poco. — Dijo viéndome de pies a cabeza. Sonreí negando, era un overol, no haría nada.

— No traigo falda. — Negué sonriendo. — ¿Crees que no sabía que algo así podría pasar? —

— Pensé que te ayudaba. — Volví a negar sin dejar de ver su rostro.

— Cuando me tocas, sé que es porque eres Alpha, pero no me parece suficiente. Y tú tienes a tu Mate, me conoces mejor que nadie, yo no soy una zorra. Y no voy a meterme entre lo que sea que ustedes tengan. — Dije sencilla. 

Mi Hermosa Omega. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora