16. Tengo razones para ser feliz.

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Leves descripciones de Relaciones sexuales, si no te gusta, deja de leer el capitulo. 

...

POV. Emillie Olive Brooks Janssen.

— ¿Así? —

— Así. — Chillé totalmente complacida, me dejé llevar por mi omega quien montaba gustosa la enorme y monstruosa erección de su Alpha, sintiendo las fuertes manos de Warren envolver mi cintura, sus dedos frotándose sobre mi trasero palpándolo, acariciándolo y dándole bruscas nalgadas, y penetrando mi dulce centro con violencia en un reclamo por haber salido y haber expuesto a su cachorro según él al peligro.

Alpha. —

— ¿Si? — Contestó como pudo sin dejar de moverse y devorar con gula uno de mis senos.

— ¿Estás enojado? — Puedo escucharlo soltar un gruñido haciendo que sin querer muestre mi cuello por sumisión.

— Nada que tu estrecho y dulce interior no calme. — Sonrió pellizcando mis pezones y saboreandolos con la punta de la lengua.

— Alpha. Habló ah. En serio. — Me quejó entre un chillido. — ¿No estás molesto? —

Sonrió soltando mi seno y volteando a verme satisfecho cuando presione su falo fuertemente ante mi muy delicioso orgasmo.

— Ah... Si. Si. Si. Warren yo...— Intente disminuir el ritmo de las embestidas, porque perdería pronto la consciencia.

— Si no sigues moviéndote para tú Alpha seguro voy a estar molesto por la tarde. — Solté un par de jadeos al sentir su lengua rozar el lóbulo de mi oreja.

Decidí moverme con fuerza a pesar de sentirme exhausta, pero mi Omega solo quería complacerlo, verlo con esa sonrisa de satisfacción y la manera en que se movía más rudamente en mi interior era todo lo que quería.

— Tan deliciosa. — Con sus ojos me mostraba el placer indescriptible que sentía al estar en mi interior, al verme totalmente doblegada a su merced, y su deliciosa erección.

Sentía mi interior temblar al igual que mis piernas, intentaba abrir mis piernas para su mayor deleite. Sonríe aún más complacido, él lo sabe su omega estaba dispuesta a complacerlo, a sostener el ritmo violento y deliciosamente brusco que él deseaba.

Por que supuestamente así debe ser, mi Alpha tiene supuestamente el control. Él me lo hace saber cuando entierra sus enormes y poderosas manos en mis caderas marcando un ritmo demandante.

Él me lo demuestra con cada deliciosa y fuerte estocada, con cada beso demandante y cuando sus ojos se dirigen a los míos. Yo le pertenecía años antes, yo soy el regalo que le ofreció Luna. Suelto pequeños, jadeos y gemiditos vergonzosos en su oído, muestra de lo delicioso que se siente mi Alpha reclamandome. Sé que le están nublando la jodida razón tanto como a mi sus gruñidos y reclamos, el único Alpha por el que mi Omega tiembla y delira.

— Mía, mía . — Le escuchó gruñir en mi cuello mientras está olfateando deliciosamente mi marca y no deja de moverse en mi estrecho interior.

— Mi Omega maldición. Mi deliciosa hembra. — Solté un jadeo al sentir mi interior estrecharse nuevamente con fuerza a su alrededor y mi Alpha solo prefiere ignorar mi orgasmo, y seguir moviéndose a su delicioso ritmo.

— Solo mía. Solo mi hermosa omega. — Asentí sin poder hacer mucho más que convertirme en caramelo que se derrite entre sus dedos. Puedo sentir una última estocada violenta tocando nuevamente mi punto dulce y mi interior contraerse nuevamente no sin antes dejar su nudo completamente dentro.

Mi Hermosa Omega. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora