Cosas de chicas.

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El comedor estaba más o menos cerca de la plaza, pero había que pasar por las facultades de Artes y Políticas.

-Eh, Haruno -llamó una chica de cabello azul y piercings al pasar cerca de la Facultad de Artes, iba vestida con un top y falda negra, y encima una campera roja, tenía cara de fastidio.

-¿Sí, Konan? -contestó Sakura.

-Tenemos lista la solicitud para abrir las inscripciones, ¿te la doy ahora o la llevo a la oficina?

-Llévala a la oficina mejor, aún no he comido -dijo la ojiverde, la otra chica asintió y se dispuso volver con sus compañeros -Ah, Konan, espera.

-¿Qué?

-Si ves a los del club de deportes o algún otro club, diles que también las lleven directamente a la oficina. Yo me encargo de procesarlas esta tarde para abrir las inscripciones esta semana.

-Vale -hizo un saludo rápido con la mano y se fue.

Los chicos se dividieron en dos grupos, uno compraría la comida mientras los otros buscaban una mesa, y luego se intercambiarían. Así, Temari, Shino y Neji buscarían una mesa, mientras los demás compraban.

-Lamento que mi prima les diera problemas, es muy impulsiva a veces -dijo Neji mientras buscaban mesa.

-No pasa nada, no te culpo -dijo Temari restándole importancia.

-Allá hay una -señaló Shino.

-Está cerca de los rebeldes, mejor busquemos otra, no quiero que haya problemas -dijo Neji.

-Por mí no hay drama, mejor vayamos ahora antes de que se llene más -dijo la rubia.

-Si tú lo dices -aceptó el ojiperla.

-Oye, Sakura -habló Gaara.

-¿Hm? -contestó la chica mientras buscaba con la mirada a los demás, luego de comprar su almuerzo.

-¿Cómo son los clubes? Me refiero, ¿puedo inscribirme a alguno? ¿Cuáles hay? -preguntó el pelirrojo.

-Claro que puedes, hasta hoy recibíamos solicitudes de los clubes que se abrirán este año, así que no sabría decirte exactamente cuáles hay aún, pero si te interesa, están abiertas las inscripciones para miembros del Consejo Estudiantil, ya que el año pasado se graduaron varios de los miembros -informó la presidenta.

-Me encantaría -aceptó Gaara, Sakura le sonrió.

-Miren, están allá -avisó Lee.

Los cuatro fueron a sentarse, mientras los demás se iban a comprar, por suerte la fila no estaba tan larga y volvieron pronto.

-¿No había otra más lejos de esos? -preguntó Naruto. Los chicos voltearon hacia la mesa de los rebeldes, el chico llamado Kiba les hizo una seña grosera -Cómo lo detesto -dijo el rubio devolviéndole la seña.

-Sí que son odiosos, pero por eso debemos demostrar que somos mejores que ellos -dijo Sakura limpiándose la boca con su servilleta -Por cierto, Temari, le comenté a Gaara que están abiertas las inscripciones miembros del Consejo Estudiantil, si te interesa puedes unirte también, las actividades comenzarían la semana próxima, Gaara ya dijo que sí -dijo mirándolo sonriente, Neji los miró un poco molesto, pero nadie pareció notarlo.

-No, gracias, por ahora no quiero unirme a ninguna actividad -respondió esta.

-Bueno, quizás el próximo año -aceptó la pelirrosa.

El resto del día transcurrió sin ningún inconveniente, igual que los siguientes dos días.

Había llegado el miércoles, Obito les había informado que ese día salía su vuelo a Estados Unidos, así que a eso de las 6, después de clases y de que Kankuro saliera del trabajo, lo acompañaron al aeropuerto y se despidieron. Les recordó las reglas de la casa una vez más, y luego pasó a la zona de abordaje.

-Bien, ¿ahora qué? -preguntó Temari.

-¿Quieren ir a comer? -propuso Kankuro.

-¿Y con qué dinero? Apenas llevas tres días de trabajo -recordó Gaara.

-Tobi nos dejó algo para el resto del mes, y yo tenía guardado un poco -explicó.

-Pues vamos -aceptaron los menores.

Fueron a un restaurante cerca de la casa, era de los económicos pero era bastante bonito y el ambiente era agradable.
Pidieron unas pastas y de entrada una sopa de champiñones.

-Estuvo delicioso -comentó Temari al terminar de comer -ya vuelvo, voy al tocador.

Caminó hacia los baños, que estaban cerca de la barra, adentro se encontró a una chica peleando con su cabello, al parecer trataba de peinarse pero estaba logrando el efecto contrario.

-¡Maldita sea! ¿Por qué justo hoy? -susurraba para sí misma sin percatarse de la presencia de Temari.

-¿Necesitas ayuda? -preguntó Temari a la chica, que tenía un nido en la cabeza, esta se sorprendió al verla, pues creía que estaba sola.

-Eh... Sí, te lo agradecería mucho -contestó ella.

Temari siempre cargaba un peine en su cartera, y esta vez le había sido muy útil, luego de un rato de tratar de soltar esos nudos extraños, logró desenredar el cabello de la chica.

-Ah, ya está mejor -dijo al finalizar -tenías como mil horquillas enredadas ahí, por eso fue tan difícil.

-Oh, te lo agradezco tanto, soy un desastre para esto y se me estaba haciendo tarde -dijo la chica mirando de nuevo su cabello -Me llamo Tenten, por cierto -le sonrió a la rubia.

-Temari -contestó esta -¿puedo preguntar cómo es que terminaste así?

-Es que hoy tengo una cita, y como trabajo aquí y no me daba tiempo de ir a mi casa a arreglarme, traté de hacerlo aquí apurada -suspiró -Parece que no se me da esto -rió.

-Concuerdo contigo -rió también la otra -¿quieres que te haga una trenza? Se ve un poco alborotado todavía.

-Aunque no lo creas, eso era lo que trataba de hacer -reconoció.

-¿Y qué diablos hiciste con las horquillas? -se extrañó la rubia. Tenten se encogió de hombros y ambas rieron.

Temari le hizo una trenza alta, y con las horquillas le hizo un peinado muy bonito.

-Así que así es como se usan esas cosas, siempre me hago dos moños altos y listo, estas cosas no son lo mío -admitió Tenten -quedó genial, Temari, te ganaste el cielo -le dijo mientras la abrazaba.

-No me lo agradezcas, son cosas de chicas. Ahora ve, tienes que llegar a tu cita -dijo soltándose del abrazo.

-¡Cierto, es tardísimo! Ya me tengo que ir, espero verte de nuevo, Temari, eres mi salvadora -se despidió Tenten.

-Adiós, suerte en tu cita.

-¿Qué demonios hacías? Tardaste siglos -se quejó Kankuro.

-Son cosas de chicas -respondió ella.

-¿Te cayó mal la comida? -preguntó Gaara.

-Que no es eso, tonto. ¿Ya nos vamos?

Los tres se fueron a casa, Temari estaba feliz de haber hecho una nueva amiga, en una situación tan rara como chistosa... Sería una buena anécdota en el futuro.

Optimista, pero no tanto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora