La historia de Sakura.

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Gaara vio a su hermana irse, se sintió culpable por dejarla sola, luego del cambio brusco en la actitud de los demás con ella. Él sabía que lo que había que hacer en el consejo no era urgente, y que si avisaba podría quedarse otro día a terminarlo, pero ese día Sakura se quedaría, y él quería pasar más tiempo con ella, ya que apenas la veía en las horas de descanso, pero eso le bastaba para darse cuenta que Sakura era una chica muy linda, amable e inteligente, y sabía que lo que le había dicho a Temari lo había hecho con buena intención, aunque ella no pensara lo mismo.
Aún así, sabía que le había sentado mal la discusión que tuvo con Sakura, y que lo mejor era que la acompañara, para que no sintiera que todos la habían echado a un lado, incluido su propio hermano. Así que dio media vuelta y se encaminó a casa, pero apenas dio dos pasos, cuando alguien lo llamó por su nombre. Era Sakura.

-Sakura, lo siento, pero debo irme a casa. Mañana me quedaré a terminar las cosas -dijo, pero la chica puso una cara de tristeza.

-Debes pensar que soy una mala persona -dijo, mirando a otro lado.

-Por supuesto que no, ¿por qué lo haría? -Gaara se acercó a ella.

-Porque eso fue lo que sin querer le transmití a Temari, seguro me odia -hizo una pausa, Gaara no sabía qué decir, pues lo más seguro es que la chica sí estuviera enojada con ella -Te contaré lo que pasó con ellos, ya después sacarás tus propias conclusiones, y te prometo no enojarme si aún así quieres acercarte a ellos.

-Vale, cuéntame -se sentaron en un banco cerca del edificio del Rectorado. Sakura tomó aire, y empezó:

-Hace tiempo, cuando estábamos en la secundaria, el líder de los rebeldes, Sasuke, y yo tuvimos algo. Yo lo quería mucho, pero él siempre ha sido como es, por eso les llamamos así a su grupo. Yo en cambio, siempre he sido muy correcta, en la secundaria también fui presidenta del Consejo Estudiantil, así que tenía básicamente la misma posición que ahora. Muchas veces me dejaban la autoridad para ciertas cosas, como supervisar las actividades, ayudar a los nuevos, pero sobretodo, me encargaba de asegurarme que el comportamiento de los alumnos fuera bueno, y si no era así, debía informar a los profesores y directivos... Y muchos se aprovechaban de eso, incluyendo a Sasuke -hizo una mueca, como si le doliera recordarlo -Él y sus amigos siempre estaban rompiendo las reglas, faltaban a clase, fumaban en el patio o la azotea, en una ocasión robaron el modelo del examen final, y lo peor es que yo lo sabía desde un principio y no dije nada, porque no quería que expulsaran a Sasuke por mi culpa. Eso fue un desastre.

-Pero no era tu culpa, si él conocía las reglas y aún así lo hizo, era culpa suya -exclamó Gaara, ella sacudió la cabeza.

-Ahora lo sé, pero en ese momento yo estaba ciega... Como lo estuve cuando empezó a dejarme de lado por ir con sus amigos, entre ellos su actual novia, Hinata Hyuuga, la prima de Neji y hermana de Hanabi -se notaba el resentimiento en su voz.

-Tenía que serlo -susurró el pelirrojo.

-Pues sí, aunque, realmente no es culpa de ella, me consta que ella muchas veces rechazó a Sasuke porque él aún seguía conmigo, y es que claro, a ambos les interesaba tenerme de su lado para seguir haciendo lo que querían sin recibir castigo alguno... Y luego pasó lo inevitable, Sasuke y yo terminamos, y él no dudó en irse con Hinata, quien ya no tenía excusa para rechazarlo -hizo una pausa, se notaba que aún le afectaba lo que había pasado, Gaara quiso decir algo, pero no se le ocurría nada que la hiciera sentir mejor.

-Por eso lo odias a él y a su grupo -comentó.

-Sí... Luego de eso mi actitud cambió, ya no perdonaba nada a nadie, quizás en algún momento pagaron justos por pecadores, pero no podía permitir que volvieran a verme la cara de estúpida, así que comencé a poner mano firme y a todo aquel que no cumpliera las normas al pie de la letra, era enviado a castigo, pues en mi último año me concedieron esa autoridad... Por eso es que todos me odian, y yo evito juntarme con ellos porque no son buenos para mí -terminó.

Optimista, pero no tanto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora