Hoja de Arce.

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Temari se veía hermosa, más de lo normal, el color rosa le quedaba muy bien, y sus piernas se veían perfectas con falda, era una de las cosas que más le gustaban a Shikamaru de la chica.
Al salir de la casa la ayudó a subir al auto, aunque él sabía perfectamente que no lo necesitaba.

-¿A dónde iremos? -preguntó Temari cuando arrancó.

-Es una sorpresa -contestó tranquilamente él.

Shikamaru condujo por la ciudad un rato, hasta que se alejaron de ella un poco, llegaron a la entrada de una carretera que subía por una colina, al llegar a la cima, se trataba de un mirador.
Se podía ver toda la ciudad desde allí, el cielo teñido de colores naranja y la puesta de sol, era simplemente mágico.

-Llegamos -le anunció Shikamaru saliendo del auto, para luego abrirle la puerta y tenderle la mano.

-Te esmeraste, este lugar es precioso -dijo sin soltarle la mano.

-Me pareció más romántico que llevarte a comer o al cine, y era menos molesto -dijo él acercándose a la baranda, el sol ya se estaba ocultando.

-Concuerdo contigo -también se acercó a la baranda.

Shikamaru había llevado una manta para recostarse en el suelo y unas galletas. Pasaron todo el rato hablando, por suerte eran los únicos que estaban allí, porque preferían hablar con más calma.

-Shikamaru... ¿Sabías que tradicionalmente las hojas de arce son un símbolo de amor? -dijo Temari, quien justo de había percatado de que había uno de esos cerca de ahí, y recordado algo que no le había dicho a nadie.

-Sí, de hecho, eso me recuerda algo curioso -a la rubia se le cruzó por la mente, que quizás no había sido idea suya, sino que él también la había visto -¿Recuerdas el día que comenzamos a hablar? Cuando fuimos a la plaza.

-Sí, lo recuerdo -de nuevo leía sus pensamientos, la chica sonrió por esa notable conexión que tenían.

-Ese día, justo estaba pensando que eras una chica interesante, y quería que nos lleváramos bien. Y cuando estábamos viendo las nubes, vi la forma de una hoja de arce, y me hizo gracia, porque nunca me fijo en las figuras, pero ese día contigo fue muy clara.

-También la vi -dijo ella -No soy de creer en esas cosas, pero puede que sea una señal, ¿no lo crees? -lo miró a los ojos, ahora sí estaba segura de que él también sentía lo mismo por ella.

-Me gustas mucho, Sabakuno Temari -la chica se sonrojó, pero no pudo contestar, porque esta vez sí estaba pasando lo que ambos deseaban.

Temari se lanzó a sus brazos y lo besó, él no dudó ni un segundo en devolverle el beso, y la abrazó por la cintura.

Se besaban con descontrol, como si hubiesen estado esperándolo durante toda la vida, hicieron una pausa para recuperar el aliento.

-También me gustas mucho -susurró Temari, y volvió a besarlo.

Se quedaron un par de horas más en el mirador, y luego volvieron a la ciudad, fueron a comer helados, y después Shikamaru dejó a su, ahora novia, en casa.
Se despidieron y ella entró.

Sus hermanos al parecer ya se habían ido a dormir, o al menos, no estaban por allí, así que lo primero que hizo fue ir directamente a su habitación y tomó su teléfono.

-Ojalá no esté dormida -miró el reloj y eran las 12 menos cuarto, Tenten no era de dormir tan temprano, así que marcó el número y llamó.

-¿Hola? -contestó luego de que sonara unas tres veces.

-¡Tenten! Soy yo, Temari, tengo que contarte algo -dijo fuerte, pues se oía música y mucha gente hablando en el fondo.

-¿Qué sucedió? Eh, chicos, apaguen eso, no oigo nada -gritó la chica a las personas que estaban con ella -Lo siento, están aquí los chicos del club, pero son unos escandalosos... -al parecer se alejó del ruido -Ajam, ¿me decías?

Optimista, pero no tanto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora