En el sótano.

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Temari despertó quién sabe cuánto tiempo después, estaba tirada en una habitación oscura, pero al otro lado había al menos un foco, que le permitía ver un poco más de la habitación. Ya no tenía los ojos cubiertos pero sí la boca y seguía amarrada de manos y piernas.

El pánico la invadía, sólo deseaba que sus hermanos notaran que algo había pasado porque no había noticias de ella, o que Shikaku sospechase algo, pues él sabía a dónde se dirigía Temari.

Se movió en su lugar, tratando de soltarse, pero era imposible. Logró divisar que a unos metros de donde ella se encontraba, había un bulto, que parecía ser otra persona, también atada y acostada en posición fetal. Se arrastró hacia allá, quizás entre los dos podían salir de esa situación.

Temari llegó y se quedó helada, era Gaara, parecía desmayado, o quizás dormido. La chica lo empujó con fuerza para hacerlo reaccionar, pero el chico no parecía que sintiera nada.

Temari trataba de gritar pero la cinta en su boca no la dejaba, sin embargo se escuchaban algunos ruidos, y quizás fue eso lo que hizo que Gaara despertara, al reconocer a su hermana.

Se miraron con una mezcla de pánico y angustia, y el chico le indicó que se acercara a sus manos para quitarle la cinta. Se la quitó y luego ella a él.

-¿Qué está pasando? No entiendo nada -susurró Temari con un hilo de voz.

-Obito lo sabe, cuando llegué esta mañana estaba él con otros dos tipos y me encerraron aquí -dijo él, también asustado.

-¿Y Kankuro? ¿No estaba contigo?

-Se quedó con Shizune... Mal día escogió, eh.

-¿Dónde estamos? -preguntó Temari.

-En el sótano -dijo -Al parecer no había nada raro en su oficina, porque sólo era la fachada, hay una trampilla debajo del estante, por eso no encontramos nada cuando la revisamos.

-Pero, ¿cómo sabía que iría a poner la denuncia? -preguntó la chica mirando al suelo.

-Las paredes tienen oídos -dijo alguien, su secuestrador -Veo que ya despertaron -dijo Obito Uchiha paseándose por la habitación y deteniéndose para mirar a los chicos.

-¡Sueltanos, maldito enfermo! -le gritó Temari -¡La Policía te encontrará, la gente notará nuestra ausencia!

-Ya cállate, Temari -dijo el Uchiha como si se dirigiera a una niña pequeña, rodó un banquito hacia donde estaban ellos y se sentó -Nadie va a extrañarlos, ni siquiera Kankuro. Cuando yo quiera puedo enviarlo a él y a su familia lejos, y nadie se acordará de ustedes.

-Te olvidas que él no es el único al que le importamos -dijo Gaara desafiante -Y además, Kankuro nunca aceptaría irse a ningún lado sin hablarlo con nosotros -aseguró.

-¿Ah, sí? ¿Tú crees? -rió Obito -Ni siquiera notó que no apareciste hoy, le dije que saliste a ver a tu novia y ni siquiera sospechó nada... Y Temari ya no vive con él, puedo decir lo que yo quiera. ¿Ven cómo funciona? Entiendan que ustedes no pueden contra mí.

-¿Y por qué nos trajiste aquí? ¿No era más fácil matarnos? -desafío Temari.

-¿Qué ganaba con matarlos? No, gracias. Son sólo niños, no saben nada que pueda afectarme, y aún si dijeran algo sobre esto, no hay pruebas, nadie les va a creer. Los tomarán por tontos -le restó importancia.

-Si fuese así, no hubiésemos descubierto nada. Sabemos lo que haces, de lo que eres capaz, ¿crees que no sabíamos que esto podría pasar? No somos idiotas como crees -dijo Gaara firme, él y Temari ya habían pensado en todas las posibilidades desde que acordaron entrar a la oficina de Obito.

Optimista, pero no tanto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora