La Boda.

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Había pasado alrededor de un año y medio desde que habían recibido la herencia de Obito. La mayor parte del dinero lo habían donado a fundaciones benéficas, y una parte la usaron para pagar los gastos de la boda de Kankuro y Shizune.

La casa habían decido dejársela a Sasuke e Itachi, quien ya estaba a punto de completar su condena, y esperaban que pudiera asistir a la boda. La empresa también había quedado en la familia de Sasuke, y era su padre el que la manejaba mientras Sasuke completaba sus estudios, y cuando se comprobó que estaba todo en orden, Fugaku le ofreció a Kankuro su antiguo empleo de Ejecutivo.

Kankuro y Shizune habían conseguido una casa en las afueras de la ciudad, era pequeña, pero acogedora, y estaba perfecta para los tres.

Temari y Gaara también habían conseguido un departamento cerca de la universidad, y conservaban sus empleos de medio tiempo.

El día de la boda llegó, y Temari estaba junto a la novia en el hotel mientras se terminaban de arreglar.

-Te ves hermosa, Shizune -le dijo su futura cuñada, mirándola con su vestido blanco.

-Tengo miedo, Tema -confesó la novia -No tengo idea de cómo ser una esposa.

-No te preocupes por eso, Kankuro te ama. Él no quiere una esposa perfecta, te quiere a ti, él es feliz contigo y con Dan, lo demás no importa -le dijo Temari para tranquilizarla.

-Gracias -dijo abrazando a su dama de honor -Ya casi es hora -dijo ansiosa.

Alguien tocó la puerta en ese momento, Temari abrió y se encontró con los tíos de Shizune, bien vestidos y más felices que nunca.

-Estás preciosa, Shizune -dijo su tío llorando de la emoción, para él era como ver a su propia hija vestida de novia.

-Ya llegaron casi todos, deberíamos ir yendo -informó su tía sonándose la nariz con un pañuelo, ella también lloraba.

-¿Cómo está él? -preguntó la novia nerviosa.

-Ha estado bien, un poco ansioso, pero Gaara lo ha mantenido tranquilo -le dijo su tío con una sonrisa.

-Estuvo a punto de huir, pero lo detuvimos a tiempo -le susurró Tsunade a Temari, sin que Shizune lo notara. Temari suponía que su hermano haría algo así, era un cobarde para esas cosas.

-Vamos, ya es hora -anunció la dama de honor.

Los cuatro fueron al salón donde se haría la ceremonia, en el hotel donde estaban. Afuera estaba Gaara, el padrino, esperando para entrar junto a su hermana, y Dan, que llevaba los anillos y estaba muy emocionado por la boda.

-Mami, eres una princesa -le dijo, mirando a su madre con emoción y amor en sus ojos.

Ella lo abrazó y le dijo que ya era el momento para entrar, el niño asintió con una sonrisa y tomó el pequeño cojín con los anillos.

Las puertas del salón de abrieron y entro Dan, tras él Temari y Gaara, vestidos a juego.

Temari se fijó en los invitados, estaban todos los que habían invitado, pero ella miraba a su novio, de pie cerca del pasillo, que la miraba con una sonrisa que la hizo sonrojarse. Y luego miró a su hermano, más feliz que nunca, esperando a su futura esposa. Temari le sonrió y se paró en el altar, del lado donde estaría la novia, y Gaara fue junto a su hermano.

Todos se giraron de nuevo hacia la puerta, por la que entraba en ese momento una Shizune vestida de blanco, con una sonrisa más radiante que la de cualquier otra persona presente. Kankuro dejó salir una lágrima, mientras veía a la novia más hermosa que había visto nunca, su novia.

Optimista, pero no tanto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora