ONE GIRL TWO MEN

Capítulo 5 "Nuevo comienzo"

Han pasado tres meses desde que trabajo siendo de Élite, mis misiones son mucho más peligrosas pero la paga es por mucho mejor.

Al mes pude comenzar a buscar casas para mi mudanza. Armin y Sasha son mis únicos cómplices porque me ofrecieron de su apoyo moral y económico para comenzar con mi plan, aún así debía guardar discreción para que Eren no me descubra antes.

Sé lo que va a decir -Mikasa estás loca, esta también es tu casa-

Él no entiende que yo también necesito lo mío, mi espacio, mis cosas, mi libertad. No quiero ser su huésped nunca más, él debe hacer su vida y yo la mía, será bueno para ambos.

De vuelta a mi presente, hoy firmo el contrato para comprar la casa. Aún me falta comprar muebles y terminar de liquidar pero la casa es exactamente como la soñé.

Tiene dos plantas, el concepto es abierto aunque tiene esos detalles lindos en las columnas para hacerlo acogedor.

-Aquí va a comenzar una nueva vida para mí.

Cerré la casa y guardé las llaves en mi bolso para regresar al trabajo. Me toca hacer guardia toda la noche.

Llegué a sustituir a Jean, él me saludo con timidez y después ofreció quedarse a hacerme compañía, cosa que rechacé con la mayor sutileza posible, tener a alguien mirándome como si no fuera humana no era parte de mi plan de esta noche.

Él me dejó sola y yo tomé mi arma para comenzar mi guardia.

Al poco rato llego alguien conocido, alguien con quien no me molestaba pasar tiempo.

-Hace mucho que no te veo. ¿Dónde te habías metido?
-Hola, ya sabes... el trabajo.
-He escuchado maravillas sobre ti y lo bien que lo haces.
-Sólo rumores, es mi trabajo, vivo de esto así que trato de dar lo mejor.
-Que modesta.
-Y tú... ¿Qué tal van las cosas?
-Bien, ignorando la noche en que rechazaste mi petición para bailar. Todo ha ido bien.
-Oh eso... verás no sabía que hacer además no mentí al decir que no sé bailar.
-Me sorprende que haya algo que no sepas hacer.
-Todos tienen una debilidad y la mía es tener dos pies izquierdos.
-Podemos arreglarlo.

Me tomó por la cintura y me acercó a él mientras posicionaba sus manos sobre las mías para intentar bailar.

-Oye... estoy en guardia.
-¿Qué importa?
-Van a regañarme.
-Soy tu superior y estás conmigo, nadie puede decirte nada. Ahora relaja el cuerpo y permíteme esta pieza, señorita.
-Esto no saldrá bien.
-Tomare el riesgo.

Besó mi mano y seguimos con nuestro intento de danza sobre la costura del muro, por detrás de nosotros, la oscuridad de la noche imperaba sobre los últimos tonos rojizos del cielo pero lo que realmente me deslumbra es con quien comparto de este momento.

¿Cómo puede éste hombre hacerme sentir tan bien?

Él me hace moverme aunque soy algo torpe en esto, no se rinde aunque ya le he pisado los pies varias veces, sólo ríe y continua.

Ese azúl en sus ojos... me gusta demasiado.

-Mikasa... extrañé verte.

Mis labios no tienen palabras para defenderme, esto no era parte de mi plan pero agradezco que esté aquí para mostrarme que puedo sentir algo por alguien, quizás. Al menos un pequeña emoción dentro de mí, bajo la noche estrellada.

En un último movimiento, me acercó más a él.

Puedo entender que por más regalos que reciba, sólo el valor de sus acciones es lo que importa en un hombre, es esa valentía de plantarse frente a mí con de decisión lo que me vuelve loca.

Me abrazó y mi cuerpo cedió ante su repentino afecto.

¿Podrías ser tú?