5. Pero saca unas cerves

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Clara
El sonido de tazas y cubiertos chocando me despertó. Un horrible dolor corroboró mi estado físico. Algo que no ayudó nada fue quedarme dormida en el sofá, al parecer conseguí acabar el trabajo y el sueño me venció. Era lunes pero mi cuerpo estaba tan cansado como un viernes.

Me desperecé y fui a la cocina. Encontrándome así algo que no me esperaba.

-¿Bea? -fue lo primero que dije nada más verla ahí.-¿Qué haces aquí? 

-Buenos días a ti también. He venido porque como no me contestabas estaba preocupada... -dijo ella tomando un sorbo de una taza. 

-Ya, lo siento, ha sido un finde de locos. Tengo que hablar contigo sobre la noche del sábado, pero voy muy mal de tiempo -añadí mirando el reloj que colgaba de la pared. 

-Claro, ¿entonces el martes te viene bien? -dijo con una sonrisa pícara en su boca.

En un principio pensé que sí, pero no recordé algo importante.

-El miércoles por la mañana tengo que ir a por Nico, Sergio se va de viaje y me quedo con él.

Cerramos el tema quedando otro día diferente en el que las dos podíamos.

Saqué una taza del mueble de cristal, el brick de leche y el bote de Cola-Cao.

-No me jodas tía, ¿sigues tomando Cola-Cao? -dijo riéndose de mis costumbres infantiles. 

-Es prácticamente imposible dejarlo, de verdad, lo he intentado y no puedo -reí yo también.

Bea era muy buena amiga, pasábamos buenos ratos, daba buenos consejos y sin duda tenía una capacidad para escuchar a los demás impresionante.

-Bueno, creo que yo me voy a ir marchando. Tú tendrás que irte en breves -aclaró ella concluyendo la conversación. 

-Te acompaño a la puerta -dije dejando la taza en el fregadero. 

-¡Por cierto! Me ha dicho Merche que se iba a la compra pero que estaba a punto de llegar un paquete. Le habían avisado de Correos a primera hora. 

-Menos mal que me lo has dicho, ese paquete es importante. Muchas gracias tía, estaré pendiente.

Nos despedimos con dos besos y yo solo pude dejarme caer en el sillón beige que tanto adoraba.

Desbloqueé el móvil y encontré un mensaje de Sergio.

Sergio: Buenos días, guapa! Quería asegurarme de que te acordabas de que el miércoles Nico es todo tuyo.

Como para no acordarme, la cantidad infernal de trabajo que tenía junto con la invasión del pequeño iba a ser una combinación explosiva en mi semana.

Justo debajo se encontraba el mensaje de Diego.

Diego: Los italianos ha dado el ok! Geniaaaaal. Muchísimas gracias, te veo en la comida.

No podía ser. No me podía haber olvidado de la comida de empresa. Soy un puto desastre. Mi vista fue rápida hacia la parte superior de la pantalla encontrando así la hora: las 11:30. Me daría tiempo. O eso esperaba.

Y un poco más abajo tenía un mensaje de mi Sandra, mi secretaria. Recordándome lo que Diego ya había dicho. Lo que confirmaba que la culpa era toda mía.

Me duché con calma, total, la mañana ya estaba pedida, solo iría a la comida y por la tarde organizaría el proyecto de los italianos desde la oficina.

"Perlas ensangrentadas" de Alaska, retumbaba por toda mi casa y yo la cantaba o mejor dicho, la gritaba. Mientras lo hacía llegué a mi cuarto y saqué del armario unos pantalones de pinzas azul marino, un cuello vuelto en tonos azules y blancos a rallas, y unas zapatillas azules casuales pero formales. Me recogí mi interminable pelo en una trenza que colgaba desde arriba a partir de una coleta.

Me acabé de arreglar, un maquillaje sutil pero impecable macaba mi cara. El olor de mi perfume tan característico me rodeaba el cuello y las muñecas. Y mis pendientes pequeños de aros de oro adornaban mis orejas.

-Gafas, cartera, llaves de casa y del coche... -recordé mentalmente todo lo que debía llevar.-Coño, el móvil y el cargador. Estás tonta Clara de verdad -me regañé.

Metí todos los objetos en un bolso grande marrón y salí de casa. Llegué al garaje y me subí a mi descapotable. Una preciosidad roja.

Antes de salir metí la dirección en el GPS, calculando la ruta más rápida para ahorrarme caminos extraños hasta el restaurante. Habíamos quedado con los italianos a las 13:30, lo cual me daba tres cuartos de hora  para llegar y aparcar.

La suerte pareció sonreírme dejándome un sitio a tan solo una manzana del lugar. Anduve segura, este proyecto teníamos que sellarlo cuanto antes, y que ayer conseguiría acabar lo que nos quedaba era una noticia inmejorable. Ahora quedaba muchas horas y mucho trabajo por delante, pero todo a partir de ahora vendría rodado.

Llegué a la puerta y ya estaban todos, esperándome.

-Signore, un piacere incontrarti. Io sono Clara Río, il compagno de Diego -me presenté en mi italiano básico. Sabía esas dos frases porque me dediqué a aprendérmelas en su momento, pero no esperaba hablar italiano toda la comida. 

- Buongiorno signorina, il piacere è mio- hizo una pausa en la que dudaba qué vendría después. -Maneja usted un italiano perfecto, pero podemos hablar en español, así practicamos el idioma. 

-Oh, como ustedes quieran, y tutéeme, por favor.

Unas sonrisas inundaron sus rostros, y nos dirigimos a entrar en el restaurante.

-No sabía que hablaras italiano -dijo Diego a mi espalda. 

-Soy una caja de sorpresas -añadí sonriente.

La comida transcurrió tranquila, a partir de ahora las exposiciones de Mater las dirigíamos nosotros, y todos los eventos también. Seríamos su enlace en España. Por fin lo habíamos conseguido, llevábamos medio año a punto de cerrar este negocio pero no había podido ser. Ya estaba. Lo habíamos conseguido.

Cuando terminamos de comer y despedimos a los italianos Diego me propuso salir a tomar una copa, pero solo quería llegar a casa y poder descansar. Pero tenía que llamar a Sergio.

-Hola, ¿cómo estás? -dijo él nada más descolgar. 

-Bien he cerrado con los italianos por fin, pero necesito un favor, Sergio. 

-Claro, dime -se puso serio y se notó en su tono. 

-Verás, el sábado salí por ahí de fiesta y acabé en el hospital, yo no recuerdo nada más que tomarme una copa, pero en cambio en los análisis salieron cantidades enormes de alcohol y drogas. El médico tampoco entendía nada y yo menos. Tengo los análisis en casa, ¿te puedes pasar y ayudarme a saber qué coño pone aquí? No entiendo nada...

-Voy para allá pero saca unas cerves.




hasta aquí el capítulo de hoy, tengo que agradecer la participación del traductor al capítulo. pero más a vosotros por leerme <3

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