Lucero (Lucero Saga 1)

Capítulo 5: "Confusión"

"Podría decir que fue tu culpa
Porque sé que podrías haber hecho más.
Eres tan ingenua aún"

Naive, The Kooks

El bosque era un lugar casi mágico, con césped de un verde brilloso y la mayoría de los troncos de los árboles tenían moho. El lugar era húmedo generalmente, salvo en el prado, donde abundaban las flores, que se abría rodeando el pie de la montaña. Los rayos del sol solían penetrar la arboleda como dedos entre una maraña de cabellos. El aroma predominante era el de pasto húmedo, tierra y lluvia. La música del ambiente era de pájaros cantando, ranas croando y de los grillos. Y durante el otoño el suelo del bosque solía llenarse de hojas rojas, generando un colchón sobre el cual caminar.

Había un lago en el centro, al cual se podía llegar por dos caminos de tierra que estaban marcados por camionetas de pescadores que iban allí todo el tiempo. En la orilla se encontraban varias flores de colores, y más lejos, el lago casi se cerraba por la unión de dos montañas que limitaban con otro estado.

Jo estaba frente a un árbol viejo y caído. Se concentró y la espada apareció en su mano derecha. Toda la calma en su rostro se convirtió en un gesto de ira, abalanzándose sobre él, dándole estocadas. Una más fuerte y enardecida que la anterior.

- ¡Basta! – Scatty le ordenó – No tiene la culpa el pobre árbol.

- No puedo hacerle esto a quien tiene la culpa – los dientes de Jo ni se separaban, estaban unidos en un eterno gesto de furia.

- Mira siempre te digo que si quieres hacer algo lo hagas y punto, pero matar un árbol porque Cedric... – Jo pegó un grito y le dio otra estocada al árbol caído.

- ¡Ni lo nombres! – Le advirtió al borde de la locura.

- Es un idiota, ya lo sabemos... – ella se interpuso entre el árbol y Jo – Mírame, vamos, dime qué pasó, cuéntamelo y tal vez podamos encontrarle una mejor solución que devastar el bosque – Acarició el tronco del árbol caído. Y la miró con tristeza.

- Ben no me habla, se enojó porque sabe que nos quedamos juntos toda la noche.

- Ah... – dijo inquieta – ¿¡Te acostaste con Cedric!?

- ¡¿Qué?! ¡No! ¡No de esa forma! – Gritó irritada – Cedric me acorraló en el pasillo y quiso... – Se mordió la lengua nerviosa – No pasó nada. – ¿tenía algún sentido restarle importancia a esta altura? – Nos besamos. – soltó en un resoplido – Quise que se fuera pero decidió que lo mejor era quedarnos a dormir en mi cuarto – en cuanto se dio cuenta que ella fue quien lo permitió, volvió a irritarse – ¡Soy una idiota! Estaba necesitado esa noche y yo soy la estúpida apta para hombres imbéciles.

Jo bajó la mirada a sus manos cansadas y a su espada, Scatty ladeo la cabeza con una mueca de pena.

- Prometió que sería bueno – susurró Jo – No sé porqué le creí. Solamente me usó y yo caí como una tonta.

- Jo... – Scatty se acercó y la abrazó – no llores.

- No voy a llorar – Dijo con voz congestionada.

- ¿Lo quieres? – Su amiga estaba sinceramente preocupada.

En parte se sentía culpable por insistir con ese chico. Ella y sus amigas, tenían la culpa de que Jo se hubiera hecho un mundo de ideas con Cedric.

- ¡No! – el grito fue ahogado entre los brazos de Scatty.

- Porque no hablas con él, le dices esto de frente y ves que te contesta, ¿si?