Lucero (Lucero Saga 1)

Capítulo 14: "Debilidades"

"Eres algo hermoso,una contradicciónquiero jugar eljuego, quiero la fricciónTú serás mi muerte."Time is runningout, Muse

Jo caminó sin sentido por los pasillos, bajó escaleras y entró por la puerta del personal, sin que nadie se interpusiera. Tal como se había percatado, ya no quedaba nadie en el lugar.

Llegó al patio interno de planta baja y vio en el piso vidrios rotos, restos de pared de yeso y otros materiales de edificación. Miró hacia arriba y recordó a Amy sujeta de la mano de Leo antes de caer desde el tercer piso, justo allí. La estructura seguía rota, nadie la había arreglado. Tampoco importaba, pensó, este no era el mundo real. Tuvo la tonta idea de pellizcarse el brazo, para probar si todo era un sueño. El silencio era sepulcral, la vez anterior al menos había gente en el cine. Ahora todos los negocios de la planta baja permanecían cerrados.

De pronto la luz se fue. Jo pestañeó hasta acostumbrarse a la oscuridad. Algo frío tocaba la planta de sus pies. Dirigió su mirada allí y vio agua. Dio un paso hacia atrás. No sabía de dónde provenía pero no le causó mucha gracia. Si no fuera por las dos puertas de salida, que estaban al otro lado del círculo central donde ella se encontraba, eso parecía una pecera. El agua avanzaba a lentamente hacia ella a medida que Jo retrocedía. Se topó de espaldas con la persiana de un local cerrado. Miró asustada a su alrededor. Sabía que algo andaba mal, pero su cabeza estaba demasiado perturbada como para reaccionar más rápido. De pronto, escuchó un ruido estremecedor, el de una ola chocando contra las rocas de un acantilado, y giró sobre sí. No tuvo tiempo de reaccionar, parecía una ilusión óptica, pero lo cierto es que una ola de tres metros se abalanzó y rompió sobre ella.

-       ¿La encontraste? – preguntó Ben a Emma.

-       ¡No! ¿Dónde se habrá metido? – Emma estaba preocupada.

-       Su teléfono está apagado – agregó Scatty.

-       Charo, ¿tuviste suerte? – Ben estaba más que preocupado.

Estaban los cuatro y Ethan en un cruce de pasillos del segundo piso, al otro lado de los cines. Charo permanecía con los ojos cerrados concentrada.

-       No – dijo finalmente Charo abriendo los ojos – Pero veo agua, mucha agua – dijo con voz temblorosa.

-       ¡Demonios! – exclamó Ben antes de correr por el pasillo que llevaba a los cines.

-       ¡¿Dónde vas!? – exclamó Emma corriendo tras él.

-       ¡Al único lugar donde puede haber tanta agua acumulada!

Llegaron al círculo central donde se veían todos los pisos desde el balcón. Ambos se asomaron y pudieron observar la pileta que se había formado en el patio interno de la planta baja, el agua llegaba hasta el primer piso y rebalsaba. Sin pensarlo, Ben se quitó la remera y las zapatillas, subió a la baranda y saltó hacia el agua.

-       ¡¡Ben!! – gritaron sorprendidas al unísono Emma y Charo que llegó en ese instante asomándose por la barandilla con el corazón en la boca.

Al abrir los ojos pudo ver partes del mobiliario de los negocios flotando en el agua; perchas, barras de madera, cajones, maniquíes, indumentaria, calzados, hasta monitores. Ben exhaló hondo y se giró en el lugar haciendo fuerza con los brazos para moverse en busca de Jo. Desprendiendo más aire y se hundió un poco más. De pronto, una luz roja le llamó la atención, como si el agua no hiciera su efecto: allí estaba Jo, envuelta en sus llamas, protegida por ellas. Soltó otro poco del oxígeno, dio una brazada y se impulsó hacia ella. La observó detenidamente, ella no parecía haberse percatado de su presencia. Entonces levantó la vista y vio que tenía los ojos de un color rojo tornasolado, como si fueran de fuego. Se asustó y soltó el aire de un resoplido mientras daba un impulso hacia atrás. Jo parpadeó y sus ojos volvieron a su color caramelo normal. Le dedicó primero una sonrisa pero luego se percató de algo en la mirada de Ben. Las burbujitas que subían alrededor de su cara era el oxígeno que había expulsado, el último respiro que le quedaba.