"Si tan sólo pudieras ver la bestia en la que me has convertido,
la contuve pero ahora parece que has dejado que corra
en libertad gritando en la oscuridad"
Howl, Florence and the machine.
Abrió los ojos, estaba durmiendo en el cuarto de Emma en uno de los colchones que habían tirado en el suelo. Bostezó y abrazó la almohada con fuerza. Se giró a la derecha y se encontró con Ben.
— Hola – musitó ella.
— Hola – le sonrió él.
— No te escuché entrar... – dijo con un bostezo.
— Eso es porque dormías como un oso – bostezó él contagiándose.
Jo se ruborizó. Estaba realmente exhausta, se desperezó en la cama pateando la sábana y soltando un gritito agudo. Ben se rió. Todos sus amigos la cargaban porque jamás se despertaba del todo si no daba señales de un súper grito agudo mientras estiraba todos sus músculos. Se levantó en pijamas y fue hacia la puerta.
— ¿No vienes? – preguntó extrañada al notar que Ben seguía en la cama y ya era hora de ir al colegio.
— Los hombres no usamos pijama.
— ¡Depravado! – dijo aludiendo a un insulto clásico de uno de los dibujos animados japoneses que le gustaba a ambos. No pudo evitar sonrojarse hasta las orejas. Luego, salió por la puerta hacia el baño.
El jueves amaneció nublado y con lluvias aisladas típicas de la proximidad del verano. Emma estaba en su cocina preparando el desayuno en un estado de casi sonámbula. La pelea del día anterior la había agotado. El pan saltó de la tostadora indicando que las tostadas estaban listas. Las agarró con la mano y al segundo las dejó caer lanzando un insulto, se había quemado. Se giró para levantarlas del piso, golpeó su taza, que estaba al borde de la mesada, y ésta rodó al suelo.
— ¡Mierda! – dijo, pero no escuchó que la taza cayera.
Cuando se irguió girándose en redondo, se encontró con Ed que le tendía la taza.
— Buenos días – le sonreía él.
— Hola – dijo Emma y soltó un resoplido.
— Siéntate – ordenó Ed mientras servía café en la taza de Emma – yo las preparo.
— Gracias, sin cafeína no existo...
Se sentó en la mesa de la cocina mientras, él era la única persona a la que dejaba que se hacía cargo de ella por un rato.
— ¡¿Qué no piensan despertarse!? – exclamó Emma mientras mordía una tostada.
Había prendido el canal de noticias mientras Ed se sentó frente a ella con dos tazas de café.
— Tal vez están haciendo cosas – burló él.
Emma se rió atragantándose. Tomó un sorbo de su café.
— No lo creo, Jo es media tonta...
— ¿Por qué soy media tonta? – dijo Jo entrando al comedor.
Ya tenía el uniforme del colegio, entró seguida de Ben.
— ¡Ah! Dormilones – dijo Emma – Ahí tienen café y tostadas.
— ¡Genial! Muero de hambre – dijo Ben.
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Lucero (Lucero Saga 1)
Teen Fiction¿Qué harías si todo lo que creías que era difícil en tu vida de adolescente pasara a convertirse en una guerra entre el bien y el mal? Cuando tus amigos se encuentran en peligro ¿darías todo por salvarlos? Lucero es el primer libro de una saga de c...