B U E N O S M O D A L E S

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El tiempo se pasó tan lento, cada segundo se volvía eterno y anhelaba el momento en que por fin terminara el sermón de mi maestra de modales.

Las chicas se veían cansadas, hemos estado aquí más de tres meses y todavía era difícil seguir las reglas que nos imponían.
Toda la fraternidad estaba harta de todos los sermones.

"No hables si no te lo han pedido"
"No quiero a ninguna parejita por aquí"
"Fuera malas palabras”
"Una dama tiene que quedarse callada siempre ante los demás"

Bla, bla, bla.
Esto era el infierno.

Mientras la "Señorita Elisa" está aquí con todas las mujeres, a lado del salón también está el "Señor Marcell" dándoles sermón a los hombres.

—Espero que nada de esto vuelva a repetirse. —Habló mirándo a cada una de nosotras. —¿Está claro?

Fuí la única que se quedó callada e inmóvil. Estaba tan distraída pensando en mi chico.

—¿Margareth? —Insistió con un tono de voz más fuerte.

Está entendido.

Murmulló.

—Ahora, señoritas, pueden retirarse y continuar con sus actividades.

Cada una salió en órden de la sala, caminando lentamente sin empujar a nadie.
Este día una de las chicas de la fraternidad golpeó a un chico, él simplemente le faltó al respeto y ella le pegó una patada en los bajos. Esa fue la razón por la que nos reunieron aquí. Fue injusto que castigaran a Katy por aquello que hizo, ese chico se lo tenía bien merecido.
Ahora mi compañera estará durmiendo en la última habitación de la comunidad, estará así al menos por dos semanas, apartada de todos por que es una mala compañía para nosotras.

Mientras pasaba al lado del salón de los hombres, crucé miradas con Taron, que se veía fastidiado.
Me guiñó el ojo y reprimí una sonrisa.

Nos reunimos en el patio, algunas se sentaron en la fuente y otras andaban por allí, caminando o dando vueltas.
No había nada qué hacer aquí, así que fui al comedor a buscar algún aperitivo.

—Señorita. —Me saludó Alison, la encargada de la cocina. —Buenas tardes.

—Hola Ali, ni tan buenas. —Dije tomando una manzana del frutero.

—¿Pasó algo?

—Oh, pensé que ya lo sabías. —Tomé asiento en una de las mesas. —Katy golpeó a Tom y hubo una junta, vengo de allí.

—Por amor de Dios, ¿Katy? ¿la dulce e inocente Katy? —Preguntó sombrada.
Si supiera que no es tan dulce e inocente.

—Ella misma. Y ya sabes, todo el consejo se puso a la defensiva.

—Pobre chica, le espera una gran semana.

—Sí.

Últimamente las cosas se estaban saliendo de control aquí en esta perfecta fraternidad. La semana pasada encontraron a una chica manteniendo relaciones sexuales con tres chicos, eso estuvo fuera de lugar y por eso la han expulsado igual que a Katy. Seguramente se encontrará con ella hoy.

Escuché la puerta abrirse, Taron entró y se sentó a mi lado sin antes saludar cortésmente a Alison.
Me puso la mirada encima, coqueto.

Hola, Margareth. —Me saludó.

—Buenas tardes.

Noté el nerviosismo de Alison, ella tenía la ligera sospecha de que había algo entre nosotros. No se lo he dicho, y no tengo intenciones de hacerlo, ya que ella tiene prohibido ser tapadera de cosas así.

TARON  EGERTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora