UNO

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¡14 de Febrero!

Hoy era el día en que Hinata Hyuga dejaría de ser mas que su compañera de clases. Hoy le demostraría cuanto importaba para ella y lo mucho que deseaba estar a su lado, y que mejor forma de hacerlo que con un obsequio.

Por ser día de San Valentín, los puestos de regalos abundaban en cada esquina y calle del centro, y por suerte esa era su ruta de camino a la preparatoria. Llevaba tiempo de sobra que serviría para detenerse y admirar cada tienda, cada detalle hasta elegir el regalo perfecto para Naruto Uzumaki, su compañero de clase desde hace dos años.

—¿Una tarjeta? —le ofreció una amble mujer al entrar en su negocio. Era de color rosado con un enorme corazón rojo en el centro, se abría por la mitad para revelar en letras claras y grandes un detallado Te Amo

Se imaginó entregándolo a su amado, y al mismo tiempo otras cinco chicas entregaban la misma tarjeta a otras personas.

Ella quería ser original, y también asegurarse de no espantarlo con un esporádico te amo.

—No. Estoy buscando algo menos común. Pero gracias por la sugerencia —agradeció a la vendedora y se marchó del lugar.

Al lado un local de peluches y globos le llamó la atención. Había un enorme panda rosado en el aparador de exhibición, sosteniendo un almohadón de corazón.

—Es demasiado. Con eso, seguro lo ahuyento —perdiendo poco a poco la ilusión con la que se levantó esa mañana continuó buscando.

Tenía razón, tal vez sí era demasiado hasta el más mínimo detalle. Ella y Naruto jamás cruzaron palabras, apostaría a que él no sabe ni su nombre, pero eso no le impidió poner su atención en él. Mucho menos despertar una atracción que sabía no iba a llegar a nada bueno, pues ese alumno era problemático, holgazán, buscapleitos y desobligado en clases. Un bueno para nada decía su amiga Sakura.

No necesitaba lidiar con una persona así, sin embargo, ella podía sentir el llamado de su bondadoso corazón. Al fin de cuentas el sentimiento era parecido al de cuando encontró aquel perrito callejero y le dio de comer. Solo que esta vez se trataba de un humano... un pendenciero humano.

—Quizá una flor —tomó una de las rosas del ramo y la pegó a su nariz—. Huele delicioso, pero no creo que a él le gusten —la dejó en su respectivo lugar. Una rosa era algo para chicas según su mejor amigo Kiba, por eso no importaba si se trataba de una rosa, una margarita, un clavel, no era el regalo apropiado para su chico, que pocas veces lo había visto tener interés en la jardinería de la escuela.

Desanimada, siguió andando, llegando al final de las tiendas, sintiendo que una gran oportunidad se le iba de las manos. Porque siendo sincera con ella misma, si no se acercaba a Naruto hoy, no lo haría jamás.

—¿Estás buscando algo en especial?

Hinata se exaltó cuando la anciana le tocó el hombro.

—Oh, perdóneme, no la vi... ni su tienda —¿Cuándo apareció? Se dijo, pues el local era lo bastante grande y llamativo para no verlo antes. La pintura en su gran mayoría era roja, y por la decoración le decía que venía de China.

—Pasa, jovencita. Aquí podrás encontrar lo que ocupas.

—Muchas gracias.

{...}

La anciana tenía razón, los artículos no eran lo que esperaba pero tampoco eran comunes. Incluso había cosas que daban miedo, como un pez seco con cara de mono colgando del techo.

—Aleja las malas vibras. Él se alimenta de ellas.

—No es lo que busco, gracias.

Hinata sonrió amablemente, sin demostrar el escalofrió que recorrió sus brazos y luego a todo su cuerpo. Siguió mirando nerviosa, tratando de encontrar algo que, si bien era imposible hacerlo en otras tiendas, aquí lo era más.

—¿Qué estás buscando exactamente?

Con una mano en su pecho, recordando el rostro de su amado, respondió.

—Quiero algo para regalar a un chico.

—Ah, un amor platónico.

—Algo así

—Tengo lo indicado para ti —La mujer se agachó sobre el mostrador, de una caja sacó un brazalete de tejido grueso, color naranja con negro, muy varonil a decir verdad.

—Es muy hermoso —Hinata lo tomó, maravillada porque no se trataba de algo afeminado, rosado, ni mucho menos que dijera Te Amo. Era un detalle sencillo, pero no dejaba de ser eso, un detalle. Y es lo que importaba.

—No es un simple brazalete. Se llama Si yú ai. Como su dueña, se lo obsequias a la persona que amas, en el momento en que se lo ponga el si yú ai toma su forma original y obliga al corazón de su portador a amarte con locura, hasta la muerte.

—No quiero que me ame hasta la muerte, sólo quiero darle un regalo y que sepa que existo, eso es todo. Me da un poco de miedo su historia, creo que mejor buscaré en otra tienda.

—Pero niña, es sólo una historia. ¿Crees que funciona? Te aseguro que no. Las leyendas son para atraer clientes, todo aquí tiene una.

Hinata rió y se disculpó por el malentendido. ¿Obligar a amar? ¿Cómo un hechizo de amor? ¡Qué tontería! Como si esas cosas pasaran, se dijo a sí misma.

—Bien, lo voy a llevar.

—Son 150, voy a buscar una bolsita para que lo guardes.

La vendedora le dio la espalda. Hinata miraba lo que estaba sobre el mostrador: anillos con ojos raros, piedras que despenderían un olor desagradable, botellas con contenidos de dudosa procedencia. Pero algo llamó su atención, porque no era raro, asqueroso, o posiblemente embrujado... Había una caja con cascabeles de colores muy hermosos. Tomó uno rojo y lo agitó cerca de su oído, pero no escuchó nada.

—¿Qué es esto?

La mujer miró sobre su hombro rápidamente mientras seguía buscando en unas cajas.

—Es un timbre de amor. La leyenda dice que cuando veas a tu pareja ideal, tus oídos escucharán el sonido del cascabel, así te avisa que son el uno para el otro.

—¿De verdad? —lo miraba atentamente, a pesar de que el rojo no era su favorito creyó que era un detalle lindo y bien intencionado para tenerlo guardado. No creía en cuentos de magia y esas cosas, pero la historia era linda y el precio no era alto, así que nada le costaba comprarlo—. Lo voy a llevar.

—Me parece bien, linda.

Hinata miró la hora en el reloj y se dio cuenta de que ya era tarde.

—Así déjelo, señora. Aquí pondré el dinero, quédese con el cambio.

Guardó el brazalete en su mochila y cuando iba a guardar el cascabel, decidió cambiarlo por otro color.








Si ven algún error de ortografía o se me va alguna letra y eso, me lo hacen saber por favor. Esta versión la tenía guardada como borrador, y no recuerdo si edité algo antes de publicarla la primera vez :c

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