Ayer.

2.8K 300 95
                                    

Ayer me presentaste con tu familia, actuaste como todo un caballero, me trataste bien, no soltaste mi mano. Pero al llegar a casa por la noche tomaste nuevamente las llaves de tu auto sin decirme nada y te fuiste.

No sé a dónde, o con quien te fuiste, pero no regresaste en dos días, yo ya estaba dispuesto a irme, a abandonarte después de sufrir la primera noche en tu ausencia. Pero llegaste justo cuando estaba en la puerta del edificio.

Me tomaste del brazo de manera brusca y me obligaste a regresar al departamento, me reclamaste, me insultaste, me lastimaste.

Dijiste que yo era tuyo, de nadie más. Que no tenía porque irme. Me reconfortó un poco pero aún sigo roto, te pregunté​ a dónde te fuiste pero me dijiste que no me importaba.

Huí de tu vista, me fui a nuestra habitación, me encerré, lloré, me enojé, sonreí, golpeé; pero jamás te maldije.

¿Por qué no me amas como yo a ti?

A pesar de que al principio de la relación tú fuiste quién dió el primer paso, ahora me hundes más en mi miseria.

Te pregunté que: ¿Por qué no me amabas?

Ay Ciel... Sólo un tonto como tú puede llegar a pensar que alguien superior como yo lo puede llegar a amar, solo te necesito para conservar en la familia la franquicia de restaurantes que me pertene, eres hermoso pero idiota. Contestaste.

Entonces volví a llorar.

Cartas para Sebastian.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora