Cartas para Sebastian.

Sentimientos.

Mi ser vibró de alegría por esas cuatro palabras que dijiste en un susurro. ¿De verdad? ¿Lo estás diciendo de verdad?

Comprendí que quizá solo me tratabas así por temor pero... ¿Temor de qué, Sebby? Mis pensamientos, cuerpo y corazón te pertenecen.

Te dormiste a mi lado y por primera vez en mucho tiempo me has abrazado de manera cariñosa aferrándote a mi cadera y hundiendo tu cabeza en la coyontura de mi cuello. Dormimos juntos.

Al siguiente día aún estabas conmigo... Estabas conmigo y solo conmigo.