Cartas para Sebastian.

Boda.

Justo después de traerme de regalo esa mesedora, al siguiente día me llevaste a comprar muchas cosas y elegir muchas otras para la boda. Yo estaba encantado y podía notar que tú también lo estabas.

Para mí era fascinante verte sonreír cada segundo y tomarme de la mano y besarme inesperadamente a pesar de que sabías que me sonrojaba fácilmente.

Regresamos muy cansados y casi de noche. Dormidos hasta el siguiente día y seguía sin ser un sueño.
¿Al fin lo había logrado?
¿Al fin me amabas?

Me llenaba de emoción pensar que así era.

Casi un mes y tres semanas después estaba todo preparado, estaba nervioso, estaba feliz.
Está nuestra boda y alegremente después de una larga charla con mis padres ellos accedieron a mi matrimonio.
¡No podía estar más perfecto!

—Señor Phantomhive... ¿Acepta al señor Michaelis como su legítimo esposo para amarlo, adorarlo y estar con él en la salud y la enfermedad, la riqueza y la pobreza? Dijo el padre ese día con un tono sereno. Yo emocionado contesté que si. Entonces me besaste una ves el padre lo permitió.

—Te amo Ciel. Susurraste en mi oído.

Yo también te amo Sebby.