Amor verdadero.

2.4K 234 67
                                    

Claude se alejó de mí, poniéndose en posición fetal, me levanté de la cama caminando hasta la puerta, caí de rodillas; me sentía débil pero no lo suficiente para dejarme caer por completo.

-Ciel, te amo... Te amo tanto... Desde que te ví por primera vez, yo sí lo supe y lo confirmé tiempo después... Debías ser solo tú. Claude comenzó a jadear.
-¡Pero no quiero que te fuerces!...

No, no era eso.

Una extraña sensación de adrenalina recorrió todo mi cuerpo como una pequeña guerra de sensaciones en mi vientre, Claude se ha preocupado por mí en dos semanas más de lo que tú has hecho en esos meses que llevamos junto... Claude si ama.

Me acerqué a Claude y toqué su frente húmeda en sudor, sus ojos color ámbar me miraron, con alegría y deseo al mismo tiempo. No lo dudé más; besé sus labios con quietud, comenzando una delicada danza, pero él seguía sin tocarme... A pesar de haberle dado permiso.

Él se volvió a recostar boca arriba cuando me separé de el, su respiración seguía igual, pero sus ojos si me miraban.
Me dió una pequeña sonrisa y dijo en un susurro:

-No hubieras hecho eso, Ciel.

Sólo alcancé a dar un ligero jadeo de impresión, me Tenía entre sus brazos encima de él, y yo no quería separarme de esa sensación. Me acarició lentamente la espalda.

-Eso es un sí.

Giró su cuerpo dejándome bajo el suyo, yo sólo podía mirarle con temor... Y no era para menos... Con tantos abusos.
Creo que el me notó y me acarició las mejillas con cariño, las besó también.
No sé en qué momento mis brazos viajaron al rededor de su cuello y se quedaron ahí como una llave fuerte que le impedía separarse de mi. Cada beso que me regalaba hacia que el calor creciera, me sentía embriagado de su aroma, un poco mareado quizá. Me acarició el cuerpo, las manos, el cabello. Cada beso aumentaba de ritmo, hasta tener su lengua completamente hurgando en mi boca, el estaba entre mis piernas y su miembro duro por debajo de su ropa rozaba con el mío en pleno despertar. Nunca me había sentido así de excitado y amado.
Me quitó la ropa con prisa, sin llegar a ser brusco en el acto, y yo sólo podía gemir con gozo cuando comenzó a besar mi pecho desnudo bajando hasta mi vientre, haciendo círculos con su lengua en mi piel sensible, que me hacían gemir moderadamente.
Mis labios solo pronunciaban su nombre, nada más. Su nombre y no el tuyo...

-Ya no aguanto más... Ya lo necesito... De verdad lo necesito... Esperé casi diez años...
Exclamó entre coqueto y triste, su mirada me cautivaba. Era completamente perfecto.
Quedé completamente desnudo, y el con el torso sin ropa, era vergonzoso pero automáticamente mis piernas estaban abiertas para el, pero aún así no podía dejar de sentir ese absurdo remordimiento.
Se bajó los pantalones y ropa interior... Era grande, incluso quizá más grande que...

De inmediato un raro temor recorrió mis pensamientos, pero no duró mucho ya que Claude me ha susurrado en el oído.

-Probablemente va a dolerte un poco, solo dímelo.

Tomó mi mano tiernamente y besó el dorso con cariño, aún sentía temor, el iba avanzando dentro de mi con todo el impulso, yo solo gemía, gemía fuerte y entrecortado, alguien más estaba tomando lo que por tanto tiempo te entregué a ti y solo a ti...

Pero era diferente, Claude me trataba con cariño, con cuidado, consideraba lo que mi cuerpo y yo sentíamos. Lo empujé ligeramente de los hombros para no que moviera una vez sentí chocar su pelvis contra mi piel. Le supliqué que no se moviera.
Aún sentía ese calor, ese calor que me insistía en dejarlo tomarme como las bestias que se supone que somos.

No sé movió hasta el momento en que quité mis mano y extendí los brazos para me abrazara, y así fué. Se abrazó de mi comenzando a embestirme lentamente, haciendo un moviendo de cintura que me hacían gemir con gozo.

-Ciel... Ciel...

Me llamaba desesperado cuando sus embestidas se tornaron más fuertes y precisas, haciéndome gemir más fuerte para el, y solo para el. Ya no para ti.

La cama se movía y hacía pequeños chirridos por los movimientos: Más...
Sólo murmuré una simple palabra, inconcientemente y avergonzado. Atrapó mis labios con los suyos comenzando un beso demandante mientras sus caderas de movían de enfrente a atrás en movimiento casi bestiales.

Mis piernas estaban completamente alzadas, su boca recorría mi cuello y gruñía con recelo cuando miro mi marca. Eso no le detuvo y con aparente coraje embistió más fuerte. Me hizo gemir más fuerte, casi a gritos... Mi cuerpo tenía espasmos, mi miembro se frotaba contra su bien formado abdomen, me hizo correr por segunda vez.

Nunca había sentido orgasmos tan demoledores. Todo mi cuerpo se adormecía con el pasar de los minutos.

-¡¡¡A-AH!!!~-

Fué el único sonido que salió de mi boca cuando Claude dejó salir toda su semilla, pero dentro mío... En medio del éxtasis lo abracé fuerte, había anudado dentro de mí. Lo sentí, por ese pequeño ardor.

-Ciel... Perdón... Perdón.
Repitió Claude una y otra vez cuando su nudo bajó y pudo salir de mi, pero aún así, no le dejé apartarse de mi a pesar de que el pequeño efecto del éxtasis se iba de mi cuerpo.

No hizo más que darme mimos hasta quedarnos dormidos. El aferrado a mi cintura. Y yo a su brazo. Me sentí por primera vez en mucho tiempo, feliz y completo...

Sebby... Perdóname por ya no amarte con la misma intensidad.

Cartas para Sebastian.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora