Cartas para Sebastian.

Tú.

Despertaste sin decirme nada en el momento, lo cual me indicó que todo seguiría igual, solo por ese día había decidido quedarme en la cama hasta tarde... Me dolía el cuerpo.

Pero, me preguntaste de manera amable:
—¿Quieres algo para desayunar? Era tan irreal, me estabas preguntando... ¡A mi!

Me atendiste de manera diferente ese día, fuiste menos déspota, fuiste menos grocero. Fuiste más cariñoso.
¿Por qué?
¿Me quieres?
¿Sientes algo por mi?

Era como un sueño hecho realidad, me sentía bien, me abrazabas seguido. Y me besabas también. Justo al medio día, me llevaste a un parque muy hermoso, nos quedamos juntos ahí todo el día, hasta el atardecer; donde en medio de una escena romántica y exagerada tú... Tú me pediste matrimonio.

Yo estaba muy feliz, yo estaba llorando de felicidad pero una pequeña voz en mi cabeza decía que me tenía que negar.
¿Me tengo que negar?