☀13☀

1.9K 331 46
                                    

Sopló el aro lleno de jabón, provocando que burbujas de diferentes tamaños salieran volando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sopló el aro lleno de jabón, provocando que burbujas de diferentes tamaños salieran volando.

Era un día bastante tranquilo, el pasto estaba húmedo, y ambos estaban tranquilamente soplando burbujas de jabón. ¿Cómo las habían conseguido? Era aún un misterio.

Volvió a ser turno de Dabi, quien volvió a llenar el aro de jabón para después soplarle, después, lo metió para ponerle el aro a la altura de la boca para que él le soplara.

Le gustaba ese momento, en especial, como el demonio le miraba cuando era su turno de soplar.

Aquel suceso se repetía una y otra vez, buscando la última burbuja para pedir su deseo.

—Shoto —la voz del demonio le atrajo, y volvió su mirada a él. Había bajado el aro para burbujas, ahora descansaba sumergido en el jabón.

—Dime.

—¿Está mal si te deseo? —Dabi preguntó viendo al ángel al lado suyo, a quien aparentemente le tomó por sorpresa dicha pregunta.

Le vio mirar al frente, mientras se removía incómodo ante la pregunta.

—Depende —susurró. —Hay distintos tipos de deseos, por ejemplo, no puedes decir que esta mal desear que tu madre se recupere de alguna enfermedad, o que tu hermano desaparecido vuelva, todo depende de la pureza de tu deseo, si es un deseo impuro, entonces está mal, ya que generalmente se caracterizan por ser egoístas.

—Entonces... ¿Mi deseo es impuro?

Volvió a encogerse, mientras que el azabache sumergía el aro y le soplaba, repitió el proceso, pero esta vez acercó el aro al ángel, quien sopló desganado.

—¿Para qué me deseas? —su voz salió tan baja como un vil susurro, y sus ojos no se apartaban del lago.

Entonces, sintió cómo el cuerpo ajeno se acercaba al suyo, y cómo el palo que sujetaba ese aro en la punta a manera horizontal a él, pegaba contra su mejilla y mentón mojándole, entonces sintió cómo el aro giraba su rostro en dirección al demonio.

Sus rostros estaban tan cerca que sentía la respiración del contrario, sus narices estaban por tocarse, fue inevitable desear en recargar su frente el la contraria. Sus ojos se encontraron, deseosos de admirarse.

En serio, deseo tanto besarle, aunque eso significara caer en pecado.

Le amaba, le amaba tanto que caería como todos sus hermanos.

Inhaló con fuerza llenado sus pulmones de aire, en un ahogado sollozo por sus deseos, con lágrimas picándole por querer salir.

Sin embargo, el demonio tenía otros planes, no un simple y mundano deseo.

—Para estar contigo por la eternidad—y sonrió, por lo que le devolvió la sonrisa enamorando, dejando fluir las lágrimas.

Tomó aquella varita en su mejilla como si fuese el brazo del contrario, como si fuera su piel brindándole una caricia.

Se alejó, solo para quitarle aquella varita y comenzar una vez más aquel ritual donde las burbujas danzaban en el viento.

Y siguieron, sin decir nada, aparentando que aquella cercanía era suficiente, negándose a sus deseos.

Pronto la noche cayó, y el jabón fuera terminándose, ninguno se atrevió a romper el silencio hasta ese momento.

—¿Cómo sabrás que es la última burbuja? —preguntó Shoto, volviendo su rostro a la posición de hace unas horas. Tan cerca, y a la vez tan lejos.

—No lo sé, comencé a pedirle mi deseo a todas hasta que sea la última—una tímida sonrisa se escapó de los labios del ángel, entonces volvió a soplar el aro, siendo complicada la tarea de volver a llenarlo de jabón. —¿Qué deseas?

—No lo sé, ¿y tú?

—Deseo que sepas que realmente te amo.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Está mal si te deseo?  •Dabitodo•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora