☀Fin☀

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Un diablo se mantenía vagando en sus pensamientos, a la espera de lo que él supone es su alma gemela

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Un diablo se mantenía vagando en sus pensamientos, a la espera de lo que él supone es su alma gemela.

Ha escuchado dicho término por parte de los hombres y mujeres mortales, quienes anhelaban la espera de dicha persona que le complementara.

Dabi sentía que Shoto era eso para él, y no tenía deseos de encontrar algo más, no deseaba algo más.

Se sentía horriblemente completo, y eso le gustaba, por primera vez, sentía que algo le llenaba.

Cerró los ojos y se dejó llevar por los recuerdos del último par de años, donde claramente todo había cambiado, había sido distinto.

Se sentía plenamente satisfecho al poder demostrar todo lo que sentía por medio del contacto que le fue concedido, se sentía lleno de todas aquellas acciones que pudo hacer por aquel capricho que le fue concedido, de su deseo cumplido.

Tantos besos, abrazos, y caricias puras le parecían tan perfectas, que no se arrepentía de haber dejado de lado todas sus acciones pasadas.

Porque tenía que sacrificar algo, tenía que alejarse de todo lo malo con tal de tocarle un par de miseros segundos.

No se arrepentía de nada.

Y aún así, Dabi sabía que faltaba algo, sentía perfectamente que había algo más por cumplir, algo más que iba a serle concedido, y que debía entregar algo más a cambio.

Sonrió cuando comprendió todo lo que estaba haciendo, lo que había perdido, y lo que había ganado.

Sabía que tenía algo mas por hacer.

Supo que ahí terminaba todo.

Escuchó pasos, y disfrutó del sonido y la sensación de uno de los pequeños y más satisfactorios placeres de la vida, de la eternidad.

No se permitió abrir los ojos hasta  que sintió como los pasos se detenían a su lado, y como un poco de oscuridad se colaba aún a través de sus párpados.

Abrió levemente sus ojos, para toparse con la imágen del ángel al lado suyo, en cuclillas, sintiéndole.

No lo pensó realmente, y tomó la mano del ángel para hacerlo caer en su regazo, se sentó y abrazó al ángel con tanta fuerza, que no podía safarse. Aunque realmente, no lo intentaba.

Shoto, después de recobrar su sorpresa, simplemente disfrutó de los mimos del contrario.

Sin embargo, sus leves risas se acabaron, una vez que sintió que cruzaban esa línea, una línea de tiempo específica, en la que debían separarse por temor a lo que pudiera pasar.

Abrió los ojos asustado, viendo los brazos alrededor suyo quemarse, pero el demonio no se inmutaba, al contrario, seguía restregándose contra él, como si temiese que se fuera.

¿Está mal si te deseo?  •Dabitodo•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora