Supercut | Fanfic Symbrock/Veddie

Capítulo 9 | La psicóloga

Al de un par de días en los que a penas se hablaron entre ellos, sólo para decirse lo suficiente, finalmente, ambos fueron al psicólogo para intentar solucionar la mente quebrada del chico, o eso creía Venom que iba a tratarse.

—¿Por qué tarda tanto? Voy a comerme a quien esté —exclamó el simbionte.

—Venom, tranquilízate. Paciencia —replicó el humano.

—No. A mi humano nadie le hace esperar.

—Vais a esperar como lo estamos haciendo todos aquí —dijo una mujer de la que ninguno se había dado cuenta que estaba en aquella sala de espera.

Ambos se dieron la vuelta y la observaron sorprendidos, pues la presencia del simbionte no parecía asustar a la señora.

—¿Vais...? —preguntó Eddie intentando encontrar el porqué de que la mujer no se inmutara ante la presencia de aquellos dos extraños individuos.

—Sí. Tú y tu amiguito. Sé que no estáis ahí en realidad, pero molestáis igual.

Ambos analizaron el comentario y llegaron a la misma conclusión.

—¿Tiene usted esquizofrenia? —cuestionó Eddie, asustado.

Claudia, la psicóloga, interrumpió la respuesta abriendo la puerta para avisarles a ellos por su turno.

—¡Al fin! —exclamó Venom.

Antes de que Eddie se fuera, Venom lo abrazó hasta casi matarlo. Después, el chico y Claudia fueron hasta el aula en donde celebrarían la sesión.

—Está bien, Eddie —dijo la chica mientras se sentaba sobre la silla escondida tras la mesa y sacaba un libro, el cual lo abrió por una página cualquiera—. Sabes que somos viejos amigos, así que no debería suponer ningún problema para ti contarme nada. Lo sabes, ¿verdad? —continuó tras ponerse rígida y cruzar los brazos.

—Sí —contestó algo tímido mientras se rascaba la nuca con la mano.

—Bien. Empezaré directa, entonces.

Eddie se recogió de hombros.

—¿Mantenéis una relación Venom y tú? —preguntó decidida la mujer.

—¡No! ¿Qué...?

—Vale, tranquilo. Había que hacer la pregunta —dijo, y anotó algo en el cuaderno—. ¿Habéis mantenido relaciones sexuales? —continuó.

Eddie se estremeció y contestó negativamente algo nervioso.

—Está bien —Y volvió a tomar nota—. ¿Con condón? —continuó.

—¡Claudia!

—¿Sí o no? —insistió tajante.

—¿Son relevantes estos datos? —preguntó algo molesto el chico. La chica rió al respecto.

—Cariño, claro que sí. Ahora mismo soy toda oídos para ti y lo quiero saber todo. ¿Entendido? —apeló acompañada de una dulce sonrisa—. ¿Qué te ocurre exactamente? —continuó.

—Siento que no avanzo en la vida. Sigo atascado en el fracaso y no me levanto, Clau. Te veo a ti y a los demás, y lleváis vidas sanas de adultos—. La mujer estaba perpleja. No esperaba aquella serenidad tan fluída y rápida en absoluto—. Yo estoy solo, lidiando con un parásito que no me deja vivir en el fondo... —continuó entre sollozos—. Estoy muy perdido, Clau. Muy perdido...

Eddie comenzó a llorar. Mientras tanto, Venom charlaba con la señora de la sala de espera.

—No lo dejes escapar. Es tan valioso como tú —comentó la mujer mientras atravesaba los ojos del simbionte con la mirada—. Y, aunque no lo creas, él también te necesita.

Venom agradeció aquellas palabras. Sin embargo, no llegó a creerlas del todo, pues seguía pensando en que era y sería por siempre un estorbo para su amigo.

—Tengo que hablar con él —continuó Claudia.

—¿Con Venom? ¿Por qué? —preguntó el chico, sorprendido.

—Confía en mí —dijo mientras le cogía de las manos a modo de consuelo—. Tengo que hacerlo.

—Está bien.

Eddie, con el pelo revuelto y la cara demacrada, salió de la consulta para ir a por su amigo.

—Venom, quiere que vayas tú solo —dijo algo extrañado al darse cuenta de que la señora y el simbionte estaban charlando.

Venom se fijó en el penoso estado en el que su amigo había salido de allí.

—¿Qué te ha hecho esa humana? ¡Voy a comérmela! —exclamó, y, justo después, rompió la mesa que había a su lado, consumido por la ira.

—¡No, relájate! Ahora tienes que entrar tú. Confía en mí —dijo Eddie, destrozado.

Venom suspiró varias veces hasta que logró relajarse.

—Vale. Iré.

¡GRACIAS!