Hermosa, adorable, enigmática, alegre, curiosa y completamente perfecta ante mis ojos, no suele arreglar su cabello, siempre la he visto con tenis, ni siquiera cuando ocupa vestidos lleva zapatillas.
Hablo de la chica con quién accidentalmente termi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La clase de historia jamás se me había hecho tan insignificante como lo hace en estos momentos.
Las comisuras de mis labios se curvan en dirección al cielo y los acontecimientos de hace unas horas se reproducen de nuevo en mi cabeza, me he pellizcado varias veces mi brazo en el intento de saber si esto es uno de los muchos sueños que he tenido donde esto precisamente pasa, sin embargo, siempre termino haciendo una mueca por el dolor causado, haciéndome saber que no es un sueño.
—Deja de sonreír, Lane —la voz de Adam a mi lado me hace mirarlo con el ceño fruncido—. Es solo una chica.
—De la cual llevo mucho tiempo enamorado —dije, empezando a retomar el apunte de la pizarra—. Es que si la hubieras visto, ella realmente se veía avergonzada por lo del jueves.
—Sí, ya lo has dicho como diez mil veces —Adam rodó los ojos, dejando caer su cuerpo en el respaldo de la silla—, aun así, estoy orgulloso de que aún no te hayas desmayado —dijo, colocando su mano sobre mi hombro y dando un ligero apretón.
Después de eso, cada uno se centró en continuar con el resumen que había dejado la profesora de historia, escribía en mi cuaderno lo que ya había subrayado, pero mi cerebro no era capaz de registrar la información o de retenerla ahí durante algo más de un minuto, no me importaba.
La sonrisa tímida de Julie estaba plasmada en mi mente, si mi mente fuera una habitación, tendría su sonrisa enmarcada para poder verla todos los días.
Me sentí ligeramente incómodo por el beso tan inesperado que Kendall le había dado a Julie frente a mí, a pesar de que ella y yo apenas y podíamos considerarnos amigos, dolió ver aquello, no lo había pensado ni dos veces cuando me despedí del coach y salí de ahí llevándome a mi hermana conmigo, no sé como hice para caminar tan rápido, solo sé que cuando mi hermana y yo subimos al autobús mi respiración se encontraba ligeramente acelerada.
No conforme con eso, mi madre me había marcado para decirme que fuera al hospital lo más rápido posible, no esperaba encontrarme con un Elliot bastante sedado por cortesía de mi mamá.
Según lo que ella me había dicho, Elliot se había caído en su trabajo, se disloco un hombro y se rompió el brazo, mi madre tuvo que sedarlo ya que él no dejaba de quejarse por el dolor, ningún doctor le reprochó nada, creo que todos estaban hartos de haberlo escuchado gritar tanto tiempo.
Me había quedado dormido en la habitación de Elliot, mi mamá y mi hermana habían regresado a casa a descansar durante la noche, considerando que me desperté casi hasta las once de la mañana y mamá todavía no llegaba al hospital, decidí llamar a mi mejor amigo para informarle la situación del hospital, no pasó más de media hora cuando Adam estaba entrando al hospital con su mochila colgando de un hombro y dos cafés en cada mano, además de que su mochila estaba algunos tuppers con comida que su madre le había puesto apenas le dijo que vendría al hospital. No pude estar más agradecido en ese momento con la señora Hamilton.