Día 159 "Nadie a quién amar"

12 2 0
                                    

Quisiera una señal del cielo, incluso de un siervo, pero necesito sólo una señal que me diga si volverás.
Te extraño, y no hay una noche en que no deje de pensarte, de añorarte.
Podría salir en busca de ti, pero...
¿y si no me quieres allí?

Entonces, acabaría más perdida de lo que estoy hoy.
¡Joder!
¿Por qué te fuiste sin avisar?
Lo sé, se que odio las despedidas, pero en este caso, la necesitaba, saber que al día siguiente no te volvería a ver  y así no despertar con esa sensación  de esperanza que me corroe. 

Quisiera una señal del cielo, incluso de un siervo, pero necesito sólo una señal que me diga si volverás.
Porque las noches se me hacen eternas, busco tus ojos en cualquier otro cuerpo, y tal vez pueda que lo hallé, pero su corazón estará lejos de quién realmente eres tú.
Aún respiro dolor, quebranto, y tú,  eras mi oxígeno limpió; ahora me asfixio y muero desde que te has ido.
Eras mi calma, ahora mi tormento esperando tu regreso.
Eras mi serotonina, ahora ya no se lo que es vida.
Y cuando sentía que no podía, me mirabas y me esforzaba porque quería cumplir tu perspectiva.
Esa Hadassa que veías, que yo nunca conocí, y ahora menos que no sabe vivir sin ti.

Lo sé.
Sé que me hago daño.
Como también lo sé, que esto ha sido por mi estúpido miedo al fracaso.
Que me atragante con mis sentimientos, porque si mañana te perdía pensé que no doleria.
Pero nada cambia, nada atenuo el callar lo que quería gritar el corazón, porque si, te fuiste, y no, no dejo de doler. 
Y sigues arraigado en mi pecho, siendo el eje de ello. Como si no hubiera más nadie a quién amar.

A través de la Distancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora