Día 158 ¡Suficiente!

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No te pasa que a veces no es que sientes que has superado alguna cosa, sino que ya crees que ha sido suficiente sufrir y dejar que te afecte tanto sentimentalmente o psicológicamente; que olvidas el problema. Aunque en realidad no sientas ese sentido de superación, sino de que es suficiente darle el poder a alguien o algo, para que le resté a tu vida una porción menos de felicidad.

A veces no es que hayamos aprendido de la situación, y aveces comenzamos a ser feliz por obligación, porque nuestra alma muere innecesariamente..

Nuestro ser interior grita que ya es suficiente permitirle a alguien o algo que nos destruya tanto; y aunque sigue herido, necesita un suspiro, así sea que lo obliguemos, así sea que duela en el pecho.

Solo necesita continuar caminando, luchando, trabajando por nuestros sueños, hacer énfasis en lo bueno que es la vida y las victoria que ganamos a través de una sonrisa; no necesariamente es el indicativo que hemos librado todas las batallas; a veces muchas de ellas solamente están en mute, pero una sonrisa aligera la carga.

Y no importa.
Realmente no esta tan mal en que esté en mute; y que podamos sonreír aunque sea forzadamente.
Se que pronto esa batalla se librará sin darnos cuenta, porque estaremos enfocados librando otras, alimentando al espíritu y creciendo con cada amanecer.
Entonces un día despertaremos y no forjaremos a nuestros labios brotar una sonrisa. Sino que comenzarán a emanar sonrisas hasta de nuestras almas.

¡Es Suficiente! - Es necesario que a veces nuestro ser interior grite esto. Para darnos cuenta del tiempo que perdemos enfrascados en batallas que desde hace tiempo pudimos haber librado; pero a veces no lo permitimos por seguir anclados al dolor, porque nos acostumbramos a esta sensación de destrozo y nos quedamos tendidos en el suelo sin buscar otra alternativa, ni escaleras que nos lleven a la alegría.

Es necesario que alguien dentro de nosotros despierte, y nos haga reaccionar. Para qué podamos ver que quien nos destruye no es alguien más, somos nosotros mismo porque se lo permitimos.

¿Ya lo sabes no?
No le des el poder a nada ni a nadie.

Una vez escuche a mi abuela decir: "A mi no me embroma el que quiere, sino el que puede" en este caso, al que uno mismo permite.

A través de la Distancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora