Capítulo 18| Sin escape

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—¡_____! —Lo escuché gritar, pero no iba a detenerme. Maldije una y otra vez que la casa fuera tan grande, y maldije otras mil veces haber abierto la puerta incorrecta.

El sótano tenía una puerta que llevaba a un pequeño cuarto con cajas de herramientas y varias de éstas últimas amontonadas en un rincón, una mesa en el centro que bloqueaba la segunda puerta y la tercera estaba frente a la del sótano. Opté por la última ya que era la de más rápido acceso, gran error.

Si el sótano ya era frío, este pasillo era el doble. Habían tubos en el techo y goteras en éste a la vez, podía ver mi aliento mezclarse con el aire, la tenue luz luchaba por mantenerse viva y esperaba no tropezarme con algo y caer.
Podía sentir las pisadas de Taeyong detrás de mí y el eco que producían, pero todavía le llevaba algo de ventaja. Le había dado un golpe antes de salir huyendo de ahí. Ya no confiaba en él. Si lo que acababa de decirme era honesto, pues lo sentía mucho por él, pero yo no podía hacer nada y, dada las circunstancias, él tampoco haría nada por mí.

El pasillo se hacía cada vez más largo y comenzaba a desesperarme, no veía ninguna salida y sentía a Taeyong aproximarse cada vez más; no estaba segura si me haría daño o no, pero sí lo estaba de que no me quedaría para averiguarlo.
Vi una puerta de metal donde el pasillo terminaba, sin dudarlo la abrí y cerré con seguro. Llevaba a lo que parecía ser una cocina, una muy espaciosa, el primer lugar de la casa que veo aseado. Iba correr hacia la puerta del otro lado pero ésta se abrió, dando paso a mis dos hombres favoritos, no los conocía pero ya había recibido golpes de ambos, que tiernos.

Logré ocultarme detrás de la gran mesa del centro antes que me vieran. Estaban conversando y riéndose de algo, mientras yo trataba de calmar los latidos de mi corazón. Lo único que veía eran sus pies moverse, hasta que finalmente se fueron y solté un suspiro de alivio. Pero me vi interrumpida por unos golpes provenientes de la puerta por la que acababa de entrar, Taeyong me había alcanzado. Me sobresalté e inmediatamente me puse de pie para seguir con mi huída, al parecer los dos hombres anteriores oyeron los golpes y regresaron pero fui rápida y me puse detrás de la puerta, esperando que éstos pasaran de largo y cuando llegaron a la otra puerta salí del lugar cuidando de no hacer ruido. Pasé por un pasillo no tan estrecho que a su izquierda tenía dos puertas casi seguidas y terminaba en un umbral sin puerta de ambos lados, al acercarme vi a otro sujeto viendo la televisión y bebiendo de una botella, seguramente alcohol. No lo pensé mucho, no tenía demasiado tiempo antes de que me alcanzaran, así que atravesé el umbral gateando, y cuando lo hice vi salir a los otros tres de la cocina lo cual hizo que girara y me ocultara en la pared que doblaba a las escaleras.

—¡¿Dónde está?! —Oí gritar a alguien, pero no creía que fuera Taeyong, no se asemejaba a su voz.

No tenía otra opción más que subir las escaleras, si salía de mi escondite me verían y no llegaría a la puerta principal, así es, ya la vi, solo debía atravesar el vestíbulo, pero estaba muy lejana ya que éste era muy amplio.
Llegué al segundo piso buscando alguna ventana o alguna salida rápida. Abrí una puerta con el miedo a tope, pero gracias a Dios no había nadie; era una habitación. Cerré con cuidado, me acerqué a la ventana e intenté abrirla, pero estaba muy dura. Vi un taxi detenerse en la otra calle y me oculté con desconfianza, miré desde la esquina de la ventana y vi bajarse del taxi a ¿Yuta? ¿Qué hacía el aquí? Unas pisadas que provenían de afuera me alarmaron y volví a forzar la ventana, ésta comenzó a ceder hasta que finalmente la abrí hasta la mitad. No era un gran espacio pero lograba pasar. Cuando puse un pie fuera la puerta se abrió y mis ojos se conectaron con los de aquel hombre por un segundo. Me deslicé rápidamente, pero el atrapó mi pie, comenzando una lucha que no me resignaba a perder. Logré patearlo en el rostro y me soltó, pero el impulso provocó que me fuera hacia atrás y comencé a rodar hasta llegar al límite del tejado y fue cuando Yuta me vio. Al hacerlo, corrió hacia mí.

Love Or Love | WinWin Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora