Capítulo 5| La cita (Parte 2)

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—¡_____! ¡Ya llegó tu cita! —Escuché gritar a Jin Xi desde la sala y me desconcerté haciendo que el labial se me corriera. Gruñí por lo bajo furiosa.

—¡Voy! —Respondí del mismo modo.

Terminé de arreglar el desastre que había hecho y me miré al espejo una vez más. Lo único que había logrado hacer bien era alisar mi cabello, de hecho, me atrevo a decir que estoy orgullosa de ello. Pero mi maquillaje era un total asco. Suspiré rendida y comencé a sacar toallas para quitar todo resto de maquillaje, me coloqué algo de brillo labial con un tono rosa muy natural y me acomodé el abrigo verde que había escogido. Me sentía muy cómoda y no tan desaliñada, fue cuando decidí salir.

—Así que...¿qué intenciones tienes con _____? —Oí la voz de Jin Xi mientras iba por el pasillo.

—Pues...no sé a qué te refieres —respondió Yuta y fue cuando apresuré mis pasos.

—Sabes muy bien a lo que me refiero, amigo. ¿A dónde la llevarás? ¿Qué piensas hacer con ella? ¿Tienes planes a futuro o es algo de una noche? ¿Al menos tienes un condón?

—¡Jin Xi! —Le reproche al llegar y ver el rostro sonrojado del japonés.

—¿Qué? —Cuestionó como si acabara de hacer lo más insignificante del mundo—. Necesito saber qué intenciones tiene contigo y decidir si son buenas. ¿Entonces qué, japonés?

—Ya vámonos Yuta —dije salvándolo y este se paró al instante y soltó un suspiro.

—Gracias a Dios —susurró por lo bajo, pero logré oírlo y sonreí por su tierna actitud.

Ya al salir, metí mis manos en mis bolsillos, miré de reojo a Yuta y éste aún tenía rastros de rubor en sus mejillas.

—¿Mejor? —Pregunté a lo que él me regaló una de sus hermosas sonrisas.

—Sí, gracias. Ya no sabía qué decirle. Creo que preferiría haber conocido a tus padres, estoy seguro que hubiera sido menos incómodo con eso.

—Si a menos incómodo te refieres a elogios por parte de mamá, miradas asesinas y preguntas de toda tu vida por parte de papá, creo que sí.

Ambos reímos y subimos al ascensor. Llevé mi dedo al botón para llegar al primer piso, pero al parecer Yuta tuvo la misma idea y rozamos nuestras manos, provocando que ambos apartaramos nuestras manos y bajáramos la cabeza. Decidí presionar el botón rápidamente y justo luego de hacerlo, mi celular comenzó a sonar.
Mientras comenzábamos a descender, saqué el celular de mi bolso y miré la pantalla. «No puede ser. No, no, no. Cualquier día menos hoy, por favor.» me dije a mi misma internamente mirando la pantalla y sin contestar.

—¿No vas a contestar? —Dijo Yuta, sacándome de mi trance.

—Ah...sí —tragué lentamente y deslicé el logo para luego acercar el aparato a mi oído temerosa—. ¿Hola? —Dije casi en un susurro.

—¿Por qué tardaste tanto en responder?

—Es que...estaba pensando en lo grandioso y maravillosa persona que eres —debía intentarlo. Hizo una pausa por tres segundos y luego se oyó su risa.

—¿Esperas que te crea?

—Tal vez.

—Como sea. Mira, necesito que vengas y...

—No, Sicheng, por favor, te lo ruego. Cualquier día menos hoy —traté de hablar lo más bajo posible para que Yuta no me oyera, lo cual era ridículo porque lo tenía a menos de un metro.

—¿Estás diciendo que te niegas a pagarme?

—No es eso, es solo que... —en ese momento Yuta me arrebató el celular y habló con Sicheng, tomándome por sorpresa.

—Sicheng, ve a buscar a alguien más a quien molestar y no seas un aguafiestas. Te lo agradezco y... sí, también para tí, adiós —y colgó al instante. Yo no había dejado de mirarlo y cuando éste volteó me sonrió tiernamente.

Justo en ese momento se abrieron las puertas del ascensor, Yuta tomó mi mano y salimos del edificio. Imediatamente la fresca brisa nos hizo encogernos, pero lo agradecía ya que en cuestión de nada mis mejillas se hubieran acalorado.

—Yuta...—iba a preguntarle por Sicheng, si era verdad que no me importaba, pero aún así me preocupaba hasta cierto punto. Pero, como si me hubiera leído la mente, él me interrumpió.

—No te preocupes por Sicheng. Si te dice o hace algo yo me encargaré de él —me sonrió y yo hice lo mismo.

—No me preocupa Sicheng, podría patearle el trasero hasta con los ojos cerrados —en ese momento se escuchó como algo se estrellaba y al voltear, notamos que se había caído un pequeño estante que contenía periódicos y un chico con capucha lo recogía mientras era regañado por el dueño del puesto ya que, al parecer, éste había ocasionado el desastre. Aquello me causó algo de gracia y me removió un poco los recuerdos.

Flashback

—No puedo creer que me hagas cargar con todo esto, es más ¿para qué necesitas tanta comida? ¿Piensas hibernar o qué? —me quejé tratando de sujetar todas las bolsas de compras.

—Hablas demasiado, ya cierra la boca.

—Uuuh, el señor está enojado. ¿No te gusta que hable? ¿Eh? —Comencé a empujarlo con el brazo y éste solo hacía muecas, aunque podía ver que trataba de evitar reírse.

—Ya basta, me vuelves loco —en ese momento dejé de reír y lo miré divertida a lo que él se tensó y volteó rápidamente.

—¿Te vuelvo loco?

—Agh, sabes a lo que me refería, no seas tonta.

—Está bien decir los sentimientos en voz alta, no hay de qué avergonzarse —respondí inocentemente, tratando de molestarlo más.

—... —pude oír como soltaba un suspiro sin mirarme, claramente se estaba enfadando. Vamos, si yo estaba pagando una deuda, tenía que buscar la forma de divertirme y WinWin me lo dejaba todo muy sencillo. Callé por un par de segundos y volví a hablar.

—¿Sabes? Tú también me... —Sicheng volteó irritado hacia mí y me interrumpió, provocando que ambos nos detuviéramos.

—¿Podemos solo caminar en silencio? Gracias —dijo para luego voltear y chocar con un camarero que llevaba una bandeja a una de las mesas de afuera, provocando que todo cayera al suelo y ambos se ensuciaran. Era obvio que no iba a reprimir mis ganas de reír. Luego de que él pagara por daño causado, nos fuímos de ahí...y no me callé.

Fin del Flashback

—¿_____? Holaaa —vi una mano pasar delante de mis ojos y eso me hizo reaccionar. Yuta me miraba expectante y algo confundido.

—¿Qué?

—¿Nos vamos? —Volteé a ver una vez más hacía atrás y ya todo estaba en su lugar, miré a Yuta de nuevo y asentí.

—Eh...sí, sí, vamos.

Esa tarde fue una de las más divertidas que había tenido en mucho tiempo, asumiendo que asistí a varias fiestas desde que le hago favores a Sicheng, pero ninguna se comparaba a esto. Fuimos a todas partes, desde a un parque de diversiones, un club de karaoke y Yuta no lo hacía nada mal, fuimos a comer pollo frito y dimos un largo paseo por las calles de Seul. Todo perfecto...bueno, casi todo.
Aunque disfruté todo lo que hicimos, había algo me incomodaba. No podía evitar el hecho de pensar que alguien nos observaba y estaba segura que Yuta también lo sentía ya que volteaba cada cinco minutos. Tal vez solo estábamos imaginando cosas y no había nada en realidad. ¿Quién querría observarnos después de todo?

Love Or Love | WinWin Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora