Piel Condenada ©

Capítulo 13

                                                              
               MARATÓN 3/4

Hoy será el famoso gran día al fin desde ayer que mi mente estaba en otro lado por Julián, esa confusión que de la nada apareció no se el por qué.

¿Ansiedad?

¿Miedo?

¿O algo me hizo recordar en esos ojos?

En fin mientras me arreglo el pelo lo dejaré suelto como siempre mi melena ondulado le hace una buena forma en mi cara.

¿Maquillarme? Mejor no me gusta estar natural bien fresca.

Agarro las llaves de la camioneta y me dirijo a la sala todos estaban ahí esperando a que saliera para darme buenas energías. Lo voy a necesitar.

-Éxitos flaquita- me sonríe Diego.

-Nena vas a lograrlo, ves este aparato pequeño- asiento.

-Bueno es un micrófono lo vas a instalar en un lugar donde no se vea y menos sospechoso.

-Sos increíble Willy, en realidad los tres-digo nerviosa tratando de buscar los ojos del cielo que me ignoraban por completo.

-Bueno es hora de trabajar cualquier cosa llamas, todos ya saben que hacer- dice Juliano fríamente.

Iba tratar de decir algo pero no pude no tenia palabras me desespera no poder hablar cuando hay una incomodidad. Comienzo a caminar apresurada dirigiéndome hacia la camioneta, una vez arriba arranco y un suspiro sale de mí.

He estado en varios riesgos, puedo con esto.

Pero estar con un asesino y mas si es personal podría complicarse.

Estando en mi destino de tanto pensar llegué muy rápido, cierro mis ojos mientras apoyo mis manos sobre el volante, no perder la cordura.
Justicia por mi familia, lo voy a lograr.

Bajo de la camioneta y veo que el hijo de puta me espera con una gran sonrisa.
Pronto tendré su sonrisa para burlarme de él. Me acerco hacia él con mi sonrisa totalmente falsa cuando estaba a punto de hablar me interrumpe.

-Estoy muy emocionado, me alegro que ese acá- dice de una manera muy arrogante y seductor.

-Si por el trabajo- dije cortante y su sonrisa se borro. Pasó unos segundos y volvió a sonreír como si pensó en algo rápido para que no supiera que le dolió su ego.

-Lo sé y eso la hace mucho mas interesante- ¿se cree que soy una presa para seducir?

Literalmente se equivoca.

Esto se va a poner interesante.

Le sonrío mostrando mis dientes.

-Comencemos sobre las pautas señor Peterson- la verdad me estaba poniendo incómoda.

-Bien acompañame a mi oficina- dice seriamente.

Creo que no le gustó que lo rachazara sutilmente.

Otra vez en su oficina por más bonito y rústico que sea me hace dar una jaqueca no sé si es el ambiente o él, me siento en la silla tranquilamente mientras él busca algo en su cajón veo muchos papeles y luego estoy en la mira en aquella foto.

¿Qué eran o son ustedes dos? No puedo dejar de preguntarme en este momento que relación tiene con Leo.

La espera de tener respuestas me mata.

-¿Alguna relación amorosa Carolina Ravalle?- ¿Por qué esa pregunta? Estoy muy sorprendida.

-¿A que viene su pregunta señor Peterson? No veníamos hablar sobre las pautas del trabajo?-  miro sus ojos fríos.