Otra vez estaba atrincherada en mi cuarto. Esto comenzaba a convertirse en una costumbre. Desde que mamá y Will se marchasen a Hawái había evitado en lo posible estar a solas con Leo, no quería que volviese besarme. Él en cambio se estaba portando muy extraño. Era como… ¿amable? No sabía qué demonios pasaba pero no iba a caer. Terminé de vestirme decida, esto era la guerra.
-¿Te llevo a clase?- me preguntó cuando bajé al salón.
Él estaba esperándome apoyado en la pared junto a la entrada y estaba asquerosamente guapo para variar. Hasta el uniforme le quedaba bien. No era justo.
-Me voy andando- solté pasando a su lado lo más rápido que pude.
No estaba muy segura de lo que me ocurría pero era un verdadero problema. Aunque estaba convencida de que no pensaba ser un número más en su lista de conquistas del mes, cuando lo tenía cerca mi cabeza desconectaba y no era capaz de alejarlo. Este asunto se me estaba yendo de las manos, si me descuidaba acabaría en la cama de mi pervertido hermano y no pensaba consentir eso. Estaba bastante cansada de todo esto.
Llegué a clase como veinte minutos tarde y me senté suspirando mientras el profesor me regañaba de fondo. Tenía que hacer algo con Leo y tenía que hacerlo ya. No podía vivir huyendo de él hasta que me fuese a la universidad. Tenía que decirle que no me gustaba y que dejase de besarme cuando le pareciese. ¿Qué tipo de hermano hacía esas cosas? ¿Por qué tengo tan mala suerte en la vida? Pasé el resto de la mañana suspirando y murmurando incoherencias hasta la hora del almuerzo.
-¿Me vas a decir que te pasa?- Me preguntó Paula cuando no sentamos bajo el árbol de siempre.
-Si… llevas todas mañana suspirando y hablando sola, no sé si estás triste o chiflada- continuó Andrea.
-Es el idiota de Leo- murmuré enfadada- no me deja en paz.
-¿Te está molestando?- me preguntó Paula sorprendida- él te ayudó cuando iban a expulsarte ¿No?
Yo enrojecí bastante, no me estaba molestando en ese sentido pero tampoco podía decirles que el problema era que había cogido la fea costumbre de besarme cuando le apetecía.
-Es igual- dije cambiando de tema rápidamente.
Las dos me miraron con suspicacia.
-Desde luego May… mira que eres pava- dijo Andrea sonriendo con malicia- si yo me hubiese quedado sola en casa con él por dos semanas créeme que ya hubiéramos hecho algunas cosas.
-¿Quién querría hacer cosas con él?- chillé atragantándome con la bebida.
-¿Con quién quieres hacer qué?- me preguntó exigentemente mi hermano apareciendo de la nada.
-¿¿Q- qué estás hablando??
Leo y sus amigos se sentaron con nosotras y empezaron a comer sus almuerzos. Akira y Ren charlaban animadamente con las chicas mientras Leo me perforaba con sus ojos azules.
-¿De qué estabais hablando?
-No te interesa.
-Claro que sí.
Otra vez estaba en modo interrogatorio. Odiaba cuando hacía esas cosas.
-¿Has encontrado un novio nuevo May?- dijo Ren riéndose ante la expresión de Leo.
Iba a decir que no pero Andrea se me adelantó.
-Pues sí, está saliendo con un chico de otra escuela.
Yo la mire con cara de qué-coño-estás-diciendo y ella me guiñó un ojo. Genial. Lo que me faltaba era que Leo pensase que tenía novio. Ahora sí que no me iba a dejar en paz. No podía olvidar matar a Andrea cuando se fuesen los chicos. Leo me dirigió una mirada extraña y se levantó.
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Estoy enamorada de mi hermano
Teen FictionMay es una chica un tanto distinta. Su padre la enseñó a pelear desde pequeña, en su colegio era la líder de una pandilla y todos la temían, a causa de eso, nunca tuvo novio. Tras la muerte de su padre, su madre retoma el contacto con un antiguo nov...