-¿Cómo va a estar prometido?- exploté al fin- ¡Tiene dieciocho!
María me miró como si fuese basura.
-Él no es como tú. Debéis de estar muy contentas tu madre y tú de haber pillado a Will… ahora podéis vivir como queráis ¿Verdad?
La miré rabiosa, había cruzado el límite. La agarré por el cuello del vestido con fuerza mientras seguía fulminándola con la mirada.
-¡No te pases! A nosotras no nos interesa su dinero, ¡Mamá y Will se enamoraron y punto!
-Y aun así te está pagando el mejor colegio de la ciudad a pesar de que eres un desastre.
María no parecía en absoluto intimidada. La solté, cada vez más enfadada, e intenté relajarme.
-Nadie se lo pidió- dije intentando concentrarme en mirar por la venta.
Ella se quedó un rato callada.
-Mira hija, no te lo tomes como algo personal, no tengo nada contra ti- se quedó unos minutos pensando en cómo seguir- Es sólo que tengo unos planes para Leo en los que tú no entras. Él es un buen chico ¿Sabes? Es guapo, inteligente, fuerte… y su padre y yo tenemos el dinero suficiente para que pueda hacer lo que quiera. No quiero que me lo estropees.
Sentía unas ganas horribles de llorar pero no iba a hacerlo. No delante de ella. En el fondo sabía que todo lo que decía era verdad. El idiota de Leo era genial en todos los aspectos y yo no servía para nada más que para meterme en problemas. No sabía cómo defenderme así que solo me quedé callada viendo pasar las calles rápidamente a través de las ventanas del Porsche.
-Sé que es duro- siguió ella- Él es un poco alocado y habrá visto algo en ti que le ha llamado la atención ¿Pero tú sabes que no puede funcionar verdad? Ya le conoces, ya sabes en qué ambiente se mueve. Tarde o temprano se va iba aburrir de ti. Victoria es la hija de una gran amiga mía, íbamos juntas a las universidad ¿Sabes?
Encendió un cigarro mirándome despreocupada. Yo quería gritar, correr, lo que fuese con tal de no escucharla. Todo eso que estaba diciendo ahora era lo que llevaba en mi cabeza meses. ¿Por qué me miraba a mí si tenía decenas de chicas mucho más guapas y más elegantes? Yo no tenía dinero, ni estilo ni ninguna de esas cosas. Ni si quiera era guapa o inteligente. Mi difunto padre siempre decía que mi mayor virtud era que pegaba fuerte.
-Se conocen desde que eran niños. Bueno él es un poco mujeriego ahora- continuó María riendo- pero en cuanto se calme podrán formar una pareja estable y casarse.
Quería morirme o matarla. Lo que fuese con tal de no seguir escuchando esto.
-Sinceramente, no estás a su nivel- resumió apagando el cigarrillo en el reposabrazos del asiento.
Estaba literalmente muda. Ella acababa de poner en palabras todos los miedos que había en mi cabeza desde que le conocí. Todos esos ¿Por qué a mí? ¿De verdad yo?... Todas las dudas que tenía dentro. Aún seguía haciendo un gran esfuerzo por contener las lágrimas. A los poco minutos me fijé en que estábamos de vuelta en la mansión de Will y de que María me miraba impacientemente esperando a que saliera del coche. Le dije adiós y salí corriendo, ni si quiera saludé a mamá que me esperaba en el salón. Sólo quería estar sola.
Me encerré en mi cuarto e intenté tranquilizarme. Ya sabía que pasaría esto. Quizás no de una forma tan brusca, pero evidentemente él sólo estaba jugando. Lo sabía desde el principio. No era posible que alguien como él se hubiese enamorado de alguien como yo. Me limpié las lágrimas que comenzaban a caer por mi rostro. Estúpido Leo. Me dejé caer en la cama agotada. Esto no tenía nada que ver con lo que sentí por Yuto. Me dolía el pecho. Cuando Leo estaba cerca sentía mil cosas a la vez. ¿A quién pretendía engañar? Estaba enamorada de él. En mi cabeza sólo estaban sus labios, sus manos, su cuerpo… quería sentirlo otra vez, todos los días, sólo para mí. Pero eso no era posible porque él nunca podría sentir lo mismo que yo. El lema del trío de idiotas era “Por qué quedarte con una si puedes tenerlas a todas” y Leo como su líder le hacía los honores. Yo sólo era un número más en la larguísima lista de chicas que se habían quedado hipnotizadas con sus ojos. Le odiaba a él y me odiaba aún más a mí misma. Aun así esperaba que apareciese en cualquier momento y se metiese en mi cama con alguna escusa absurda como siempre. Sin embargo, Leo no volvió esa noche.
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Estoy enamorada de mi hermano
Teen FictionMay es una chica un tanto distinta. Su padre la enseñó a pelear desde pequeña, en su colegio era la líder de una pandilla y todos la temían, a causa de eso, nunca tuvo novio. Tras la muerte de su padre, su madre retoma el contacto con un antiguo nov...