Yuto se despidió en la puerta dándome un beso en la frente y deseándome buenas noches. Yo entré en casa animada aunque mi humor cambió de nuevo cuando vi a Leo en el sofá mirándome.
-No pierdes el tiempo ¿Verdad?- dijo con una sonrisa burlona.
Yo sólo fruncí el ceño y me dispuse a subir a mi cuarto.
-Mi madre dejó esto para ti.
Me lanzó un sobre pequeño. Dentro había sólo una hoja que decía “Has hecho lo que debías, buena chica” Estrujé el papel y lo tiré al suelo. Maldita mujer.
-¿Qué mierda te dijo mi madre?- me preguntó levantándose del sofá y acercándose a mí.
Oh mierda. Aún no estaba preparada para enfrentarle.
-No es tu asunto- contesté nerviosa- Y no leas la correspondencia de los demás, es delito.
-May esa mujer hace lo que sea para conseguir lo que quiere ¿Qué te dijo?
Él comenzaba a enfadarse y yo me estaba agobiando.
-¡No empieces!- le grité y subí corriendo a mi cuarto.
De alguna forma esperaba que fuese detrás de mí pero no lo hizo. “Mejor así” pensé intentando calmarme. ¿Por qué demonios tenía que ser así? ¿Por qué no podía dejarlo pasar y comportarse como un hermano normal? Leo y Victoria habían tenido algo, él mismo me lo había dicho y aunque no fuese verdad lo de que estuviesen prometidos, yo no quería vivir siempre detrás suya. No podría soportar si me engañaba con otras y no veía forma lógica de que él se conformase sólo conmigo, además parecía que nuestra relación dependía de sus cambios de humor. Él tenía que hacerlo todo difícil. Y también estaba el hecho de que éramos hermanos. Sacudí la cabeza con fuerza para quitarme esos pensamientos de encima. Yuto. Yuto era un buen chico. Siempre intentaba hacerme sonreír.
Mayo pasó demasiado deprisa y cuando me quise dar cuenta ya estábamos a mediados de junio. El curso estaba a punto de terminar y después de las vacaciones en teoría iría a la universidad. Digo en teoría por que no estaba nada segura de que aprobase el curso. De hecho si lo conseguía debía de ser algún tipo de milagro. Yuto se había apiadado de mí y venía después de clase a ayudarme a estudiar. Era un profesor genial y tenía mucha paciencia conmigo. Ya había pasado algo más de un mes desde que Leo y yo nos distanciásemos y yo comenzase a salir otra vez con Yuto y la verdad es que estaba algo contenta. Él no intentaba violarme a cada segundo de mi vida ni se cabreaba por todo. Sólo estaba a mi lado sonriendo y ayudándome a sonreír a mí. Era bastante agradable. Por otra parte, mi relación con Leo se había reducido a mirarnos incómodos cuando nos cruzábamos. Tenía que admitir que aún sentía una punzada de dolor en el pecho cada vez que lo veía pero no se podía hacer nada.
Cuando salí de clase esa mañana mamá me estaba esperando, habíamos quedado en que me acompañaría a comprar un vestido para la graduación que era dentro de dos semanas. Ella estaba muy emocionada, a mí no me hacía ninguna gracia el tema del vestido para variar. Recorrimos un montón de tiendas hasta que por fin encontré un vestido morado que me gustaba.
-Estás preciosa- me dijo mi madre feliz mientras me lo probaba- pero deberías sonreír más, hija últimamente no se te ve feliz.
Yo me ruboricé un poco, definitivamente a mamá no se le escapaba una.
-No te preocupes estoy bien.
-¿Te pasa algo con el chico ese con el que sales? ¿O es tu hermano? Os llevabais muy bien antes ¿No? Hace mucho que no os veo hablar.
-De verdad que no es nada mamá, olvídalo.
Ella resopló molesta. Solía contarle todo lo que me pasaba pero lo de Leo era un tema a parte.
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Estoy enamorada de mi hermano
Teen FictionMay es una chica un tanto distinta. Su padre la enseñó a pelear desde pequeña, en su colegio era la líder de una pandilla y todos la temían, a causa de eso, nunca tuvo novio. Tras la muerte de su padre, su madre retoma el contacto con un antiguo nov...