Destino Retorcido, Destino Inmutable (Traducción)

Cap. 1: Las Lágrimas de Uther Pendragon, parte 1

En una tierra de mitos y una época de magia, el destino de un gran reino descansa sobre los hombros de un joven Dragonlord. Su nombre: Merlín.
Pero su destino no es el único.

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—Ow.

—¿Hay algo mal contigo, Merlín?

—He estado en un caballo todo el día. —Resopló en respuesta.

—¿Te duele el trasero?

—Sí. No es tan gordo como el tuyo, Arturo. —Arturo y Merlín patrullaban junto con algunos Caballeros; Hubo informes de ataques de bandidos en el área.

—¿Sabes? tienes mucho valor, —Sonrió Arturo. —para ser un llorón.

Merlín tarareó. —Puede que sea un llorón, pero al menos no soy un- chupasangre.

—Esa no es una palabra.

—Es idiomático.

Arturo parpadeó confundido. —¿Es qué?

—Tienes que estar más en contacto con el pueblo.

—Describe "chupasangre" —Desafió.

—¿En dos palabras?

—Sí.

—Eh... Príncipe Arturo. —Dijo Merlín, obviamente recuperándose en el lugar.

Los caballeros contuvieron su risa por la pareja.
Arturo los fulminó con la mirada.
Continuaron un poco más de tiempo antes de encontrarse con un par de carros volcados.

Arturo levantó la mano para frenar al grupo.
Saltó de su caballo y desenfundó su espada, cauteloso.
Todos los demás siguieron su ejemplo.

Caminaron lentamente hacia los carruajes.

Arturo se agachó junto a un cuerpo en el suelo. —Muerto. —Dijo.

—Creo que eran médicos. —Dijo un Caballero, mirando a través de una caja volcada.

Una flecha voló por el aire.

Los bandidos salen de la niebla de alrededor de ellos.

—¡Sobre mí! —Ordenó Arturo.

Los sonidos del metal golpeando el metal y las voces de los hombres llenan el aire.

Merlín agarra una espada caída, pero un bandido fuerte lo tira rápidamente de sus manos. Los bandidos listan su espada sobre su cabeza para golpear.

—Ecg geteoh þing to. —Susurra Merlín, sus ojos brillan dorados. Varias ollas y sartenes se adhieren a la espada, haciéndola demasiado pesada para sostenerla; el bandido cae bajo el peso de su espada, y Merlín se escapa.

Corre hacia Arturo, pero está bloqueado por otro bandido que viene hacia el con un hacha enorme. Sus ojos brillan de nuevo y un árbol aplasta al hombre.

Vuelve a correr hacia Arturo...
Él tropezó.

Por supuesto que se tropezó.

Arturo está ocupado defendiéndose de un atacante; Él no ve al que viene detrás de él...
Con una mirada de sus ojos, Merlín manda una lanza para matar al atacante detrás de Arturo.

Arturo apuñala a su enemigo y grita: —¡Lo vi, Merlín! ¡Levántate!

—¡De nada! —Gritó de vuelta. —Chupasangre.

Los bandidos son despachados rápidamente, los sonidos de la batalla se desvanecen en los silenciosos ruidos del bosque.

—Revisa los carros. —Ordena Arturo, observando el campo de batalla. La puerta de madera de un carruaje está abierta.