Cap. 23: La hora más oscura, parte 1

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Una y otra y otra vez.
La mujer caminó, con los pies ampollados, cortados de pequeñas rocas que siguen encontrando su camino en sus zapatos.
Una y otra y otra vez.

Ella resopla, resopla, resopla, tirando del carro cargado detrás de ella.
No es nada que ella no pueda manejar. Ella es fuerte.
Su maestra cuenta con ella.

Clip-clop clip-clop.
El sonido de los caballos ganando.

Ella suspira, cuadrando los hombros.

—¡Alto! —Grita uno de los Caballeros, disminuyendo la velocidad detrás de ella. Ella se detiene. —Quédate donde estás.

Ella deja el carro cuando el Caballero se acerca.

—¿A dónde te diriges? —Pregunta.

—Los Mares de Meredor. —Responde, en voz baja, pero clara.

—¿Qué hay en el carrito?

Ella no responde.

Quédate quieta, dice una voz en su cabeza, yo me encargaré.

Hace un gesto a sus compañeros caballeros para que busquen en el carro. Uno de ellos retira una sábana, y grita.
Él vuela por el aire con un movimiento de mano; la mujer en el carro se sienta.

—Morgause. —Dice el primer Caballero, desenvainando su espada.

Unos momentos más tarde y todos los Caballeros estaban dispersos, inconscientes o peor.
Ella se estira. —¿Estas bien, Kara?

—Sí, maestra. —Dice Kara, mirando hacia otro lado.

—Mírame cuando hablas.

Kara se da vuelta, estremeciéndose al ver la cicatriz de su Maestra. Odiaba mirar el ojo derecho inyectado en sangre de Morgause.

—Tenemos que darnos prisa. La noche está casi sobre nosotros y todavía tenemos mucho camino por recorrer.

~~~~~

Merlín se desliza y pasa junto a una tropa de Caballeros, corriendo escaleras arriba hacia el castillo. Él asiente a los sirvientes mientras corren; decorando, limpiando, dejando lo que sea necesario. El castillo está lleno de energía.

Llega a las cocinas, agachándose debajo de una bandeja.
Sonriendo, le quita un poco de comida a un cocinero que pasa.

—¡Oi! —Grita Audrey, la cocinera.

Merlín esconde su mano detrás de su hombro.

—¿Qué estás haciendo en mi cocina? —Dice, amenazando a Merlín con un cucharón.

—Uh, —Tartamudeó Merlín. —la camisa del Rey...

Poniendo los ojos en blanco, lo señala en la dirección correcta.
—Mantén tus dedos sucios fuera de mi comida; ¿Lo entiendes?

Él se apresura, agarrando la camisa cuando...
Un anzuelo en una cuerda cayó frente a su cara.
Sonriendo, él mira hacia arriba.

Gwaine y Percival saludaron detrás de una rejilla en el techo.

A toda prisa, Merlín les enganchó un pequeño faisán y...
¡Oi!
...se echó a reír mientras se agachaba bajo el brazo de otro sirviente.

Se desvió a través de la multitud hacia las habitaciones de Arturo...
...se estrelló contra el brazo de alguien, derramando vino por todas partes.
Merlín suspiró, mirando la camisa blanca pura manchada de vino.

—Podrías probar un poco de sal. —Dijo Lancelot, acercándose detrás de él con Mordred a cuestas.

—Arturo me va a matar. —Gimió.

Destino Retorcido, Destino Inmutable (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora