Capítulo 3

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Capítulo 3

— ¿Qué están escuchando? — le preguntó Erika a Patricia al acercarse a uno de los salones de conferencia, al escuchar una canción en rock alternativo, que a sus oídos podía consideran suave de lo que realmente era ese género musical.

— ¿En serio no sabes quiénes son? — le preguntó Tara asombrada. Todas las adolescentes de la edad de Erika lo sabían y amaban a Garret.

— No, ¿Acaso tendría que saberlo?— expresó con una actitud que demostraba que no le importaba ni le interesaba saber el por qué.

— En tu caso sí, pues uno de los integrantes de este grupo formara parte en el campamento en donde estarás tú. Pertenece a la banda de Rock Illusion... Una de las más aclamadas y populares del momento...— le indicó Patricia.

— Además, él vendrá hoy a la fundación ¿No te lo informaron?— le comentó Zöe.

— No...Ni siquiera los había escuchado cantar antes... Además, tengo otras cosas en las que preocuparme... No veo el por qué debo emocionarme por eso.— dijo al ver que ellas hacían una bienvenida para aquella persona.

— Erika, te llaman en la administración.— le dijo Ben al acercarse a esa sala.

—Ah...gracias.— le dijo a Ben—. Chicas, las dejo, voy a ver para que me necesitan...



    Aún para ella seguía siendo un misterio quién había sido su compañero de viaje hacia Manchester. Y para entonces habían pasado dos meses. Como lo era el integrante de ese grupo de rock que no conocía. Hasta ese nuevo instante...



— Permiso, me informaron que me llamaban...— dijo al entrar, después de tocar a la puerta.

— Si Erika, pasa. Siéntate. No sé si ya te enteraste de la visita que vamos a tener hoy... —le preguntó Yesenia Mejías la administradora de la fundación.

— Hmmm ¿La del cantante?... Si he escuchado algo de él.

— Me alegro, pues acaba de llegar y será agregado al grupo en donde pertenecerás tú, por lo que estará a tu cargo...

— ¿Se irá conmigo a Southampton? ¿Por qué estará a mi cargo? — sonrió con extrañeza—. No entiendo.

— A Giselle Peterson le pareció buena idea que ambos trabajaran juntos... Son contemporáneos y se pueden entender mejor. Y creo que es un buen privilegio el que te hayan elegido a ti. A las otras jóvenes voluntarias le hubiese encantado formar parte de ese evento...Vas a estar a cargo de alguien famoso...

— Una persona como cualquier otra.— dijo algo seria—. Que al parecer quiere aportar ayuda a los niños que lo necesitan.

— Eso mismo opino yo...Perdonen si las interrumpo.— dijo alguien al entrar después de haber escuchado el comentario de Erika.

— Señor Thomas, pase...Hablábamos de usted...—dijo Yesenia mientras Erika volteaba para saber quién era aquel famoso cantante del cual ella estaría a cargo—. Erika, te presento a Garret Thomas.



    ¿Garret Thomas?... ¡No podía ser posible! Su memoria aún recordaba aquel rostro... ¡Él era el imbécil que había sido su compañero de viaje a Manchester!... ¿Ahora sería su compañero de campamento y estaría a su cargo?... No lo podía creer. ¿Acaso sus ojos le hacían una mala jugada? Por supuesto que no, la sonrisa pícara de aquel individuo al ver su cara de asombro, le demostraba que aún la recordaba.



— ¿Se conocen? —preguntó Yesenia al ver aquella escena, algo extrañada, rompiendo así aquel silencio que les rodeaba.

— Al parecer sí...— dijo Garret con una mirada aún más pícara—. Nunca olvido un rostro. Creo que ya teníamos el gusto de conocernos, ¿verdad?— agregó finalmente con una sonrisa a Erika.

— Hmm...¿Sí? — dijo Erika seriamente al responderle.

— Es una buena noticia saberlo, ya que la señorita McQueen será la que se hará cargo de usted, y creo que será cómodo para ambos si ya tenían el gusto de conocerse.— expresó emocionada aun sin haber visto el rostro de Erika—. Por lo que les deseo un buen viaje y éxito en esta labor para los niños que lo necesitan mucho.

— Gracias...Creo que ambos haremos un excelente trabajo. Además, si tengo el gusto de aprender de usted... ¿Erika? —alzó su ceja derecha mientras su tono de voz se había entre irónico y pícaro, para pasar inadvertido ante la encargada que se encontraba presente, en medio de aquella conversación que lo unía de nuevo a su "encantadora compañera de viaje".

— Sí...Lo mismo digo.



    Aún no salía de su asombro ni de su enojo cuando le respondía aquellas palabras. ¿Qué se creía él? ¿Acaso por ser famoso tenía derecho a tratarla con ese tonito de voz?... ¡Pues no!... Una cosa era tener ética en lo que ella hacía y otra cosa era permitir que él le hiciera pasar un mal momento.



     Eso sí que no lo iba a permitir.


Soñándote (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora