Capítulo 9
Aquel campamento y la participación de Garret habían dado resultado. El programa especial sobre la ayuda que necesitaba la fundación y la gran ayuda que ella misma había brindado a los niños, había sido transmitida en los canales más importantes de Reino Unido, y desde entonces, llegaban más contribuciones que eran utilizadas en los niños que más lo necesitaban.
— Permiso... ¿Puedo entrar?—le preguntó Patricia al entrar en la habitación de Erika.—Ya entraste...— sonrió con algo de picardía.
— Lo sé. Te lo pregunto por si acaso me decías que no.
— Jajajaja... No sabía que tenía cara de ogro— dijo al mirarla fijamente—. Pasa y cierra la puerta...
— ¿Qué haces?
— Arreglando algunos papeles en mi baúl.
— ¿Tus recuerdos?
— Sí... mis recuerdos— susurró con algo de nostalgia—. ¿Y a qué debo tu visita?
— A que... ¿sabes quién te mandó saludos? —expresó al sentarse en la cama de Erika.
— ¿Saludos? ¿Quién?... — sonrió extrañada.
— Tu amigo.
— ¿Mi amigo? ¿Cuál amigo?
— Garret Thomas... lo vi esta mañana en el centro comercial con uno de los chicos de Ilusion. Me acerqué a él y lo saludé, y él me reconoció, supo que era de la fundación, por lo que te envió saludos.
— ¿En serio? ¡Qué bien!— dijo entre indiferente e irónica—. ¡No se hubiese molestado tanto!
— ¿Aún no lo soportas?— sonrió asombrada al ver el gesto que había hecho Erika al escuchar el nombre de Garret.
— ¿Qué ves gracioso en eso?
— En que me hiciste recordar a Romeo y Julieta.
— ¡Muy graciosita!... Te cedo mi lugar.
— Hmmm, suena tentador, pero no. Pues sólo me imagino a ustedes odiándose y luego...
— ¿Luego enamorándonos?— sonrió a carcajadas al escuchar a Patricia—. ¡Qué buen chiste! Primero preferiría morir, antes de sufrir ese horrible desengaño ¿Enamorada de ese imbécil?... Sería lo único que me faltaría. Con el campamento me bastó su presencia. Además, de algo estoy segura... No soy la inocente Julieta que tuvo el mal momento de enamorarse de quien no debía. Ese error, no soy tan tonta para cometerlo yo también.
— La lengua es castigo del hombre ¿Los sabías?... Además, según Zöe, el día que te desmayaste en sus brazos, él estuvo muy pendiente de ti. Lo preocupaste...
— ¿Y qué me quieres decir con eso?— le dijo seriamente.
— ¿Qué crees?... ¡Qué tal vez él se fijó en ti!
— ¿Y a qué debo tu conclusión?
— A que me asombró el hecho de que aún recordaba tu nombre... ¡Han pasado dos meses!... ¡Y a esa actitud que tienes!— dijo finalmente algo irónica.
—Patricia, sabes que...— ¡No lo soportas!...Hmmm, lo sé. Pero si solo hubieses sido otra, te hubieses enamorado de él... ¡Garret Thomas te robó un beso en una obra que no lo requería!— le dijo pícaramente al mirarla a los ojos.
— ¡No me hables de eso!... aun no entiendo porque no lo abofeteé y el porque me quedé estática.
—¿No te has preguntado si fue por qué te conectaste con ese beso y sentiste...
— ¡No pongas palabras en mis labios!... Eso en mí no sucederá jamás— dijo al interrumpirla entre sería y pensativa—. ¡No pongas palabras en donde no las hay!
— Pareciera que sí...Pero si insistes que no, creeré en tu palabras.— sonrió al decirlo.
— Más te vale...Por lo que lo peor que puedes hacer por mí, es imaginarte esa pesadilla para mí.
Lejos de allí Garret se encontraba pensativo. Después de aquel recorrido por las calles de Londres, se encontró en frente de alguien que le había obligado a recordar el pasado. Y eso aún seguía en su mente.
— ¿A qué le debo que estés tan pensativo?— le preguntó pícaramente Luke a Garret—. ¿A alguien especial?— ¿Especial?— se sonrió con ironía al escuchar aquella frase—. No sé qué tendría de especial.
—Entonces, ¿sí estás pensando en alguien?
—No...
— ¿No?...Hmmm ¿Por qué será que no te creo?
— Te estoy hablando en serio. Ambos ni siquiera nos llevábamos bien. Es solo una niña malcriada, odiosa, amargada y... —soltó si esperarlo de sí mismo, para luego arrepentirse de sus palabras.
— ¿Te gustó?... nadie guarda tantos detalles de alguien que no le cae bien, como tú lo has hecho en pocos segundos.
— ¿Qué?... ¡Ni que fuera loco!
— ¿No?... ¿Entonces? —una sonrisa burlona se empezó a dibujar en su rostro.
— Entonces nada...— dijo e hizo un corto silencio.
Aquella imagen de cuando besó los labios de Erika había aparecido en sus pensamientos, haciéndole sentir una repentina oleada de sentimientos, de... ¿De qué? ¿Pena, afecto, amor? No, amor, por supuestos que no. Sí fuese así, estaba dispuesto en encerrarse voluntariamente en un hospital mental. O en rehabilitación por cualquier tonta excusa.
—Es mejor que te calles, Luke... Nada más se te ocurre hablar de idioteces... Y estás acabando con mi paciencia.
— Solo que pareciera que realmente te afecto reencontrarte con alguien de la fundación en la que fuiste voluntario honorífico hace un par de meses. Pero si tú dices que no es así. Ese es tu problema. Yo sólo me limito a decirte que te noto extraño. —guardó un corto silencio—. Por cierto, yo nunca me referí que pensabas en la chica del campamento. A la que le enviaste saludos...
— ¡Vete ya! —expresó irritado, diciéndole así que desapareciera de su vista.
Luke lo notaba extraño. Últimamente se encontraba más irritado y no soportaba ninguna de sus bromas, cuando antes solía hacerlo. Desde su regreso de aquel campamento, su actitud había cambiado en algo, pero se mantenía misterioso sobre lo que había ocurrido allí. A veces vacilaba en sus palabras, mientras en otras ocasiones se mantenía algo silencioso y ausente.
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Como prometí, sigo editando la novela, cambiando un poco los diálogos. Y aquí les dejo mi visión de Garret Thomas.
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Soñándote (Editada)
Teen FictionEl amor puede llegar de la manera más ilógica... Y sino pregúntenselo a Erika McQueen. A aquella enigmática chica que trabaja como voluntaria en aquella fundación de niños con cáncer. O a Garret Thomas. A aquel chico perteneciente a una banda de...