ROMEO Y CENICIENTA.

ADIÓS CASA

Narra Marinette:
Estaba preparando mis maletas para irme a Hong Kong, es algo repentino, mi padre me apoyo de mi decisión, mis amigas me regalaron algunas cosas para no olvidarlas y mis pequeños amigos me dieron consejos de cómo acostumbrame a ese nuevo lugar.

Es algo estraño irme tan repentinamente de esta ciudad, mi ciudad, he creado toda mi vida en ella, e irme de ella, me sentía que me iba a otro planeta para nunca más regresar, pero eso no significa que me quedé en ese lugar el resto de mi vida, si no que estaré por un momento ahí y luego regresar, bueno eso es lo que entiendo.

Al cerrar bien mis maletas, mi padre entro con un regalo, ya con la forma que mostraba tenía la impresión de que es...

- Mi pequeña hija, ¿Estas lista para irte?

- Papá, todavía falta mucho tiempo para que Adrien venga por mi.

- Lo se, pero quería platicar sobre un pequeño detalle.- Me senté en la orilla del mi cama para escucharlo atentamente.- Bueno, sabes bien que tú madre no viene de esta ciudad...

- Claro que si.- le respondí con una sonrisa algo de tristeza.

- Si te digo que tú madre creció en esa ciudad cuando era pequeña, es algo increíble no lo creo hija.- La verdad estaba sorprendida, entonces no me iría tan lejos de mi hogar, si mi mamá estuviera aquí, estuviera entusiasmada por ir al lugar donde creció...

- Es...- no pude aguantar las lágrimas de alegría que contenía.- Lo más impresionantes que has dicho sobre ella, eso significa que...

- Estarás cerca de ella...- Me acompleto la oración y luego me abraza.- Lo se hija, eso le pondría feliz a ella si estuviera aquí.

- Te quiero mucho papá, no te voy a defraudar.

- Nunca lo hicistes, eres lo mejor que me allá pasado...

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La hora a llegado, me encontraba en el aeropuerto con Adrien esperando que nuestro vuelo llegue, estaba nerviosa por ir, pero también estaba triste por dejar todo por ir al mismo lugar que posiblemente me va a recordar a mi madre. Y eso se percató mi lindo príncipe al verme.

- ¿Todo bien princesa?

- Siendo honesta, estoy muy nerviosa por irme de aquí, además que pueda encontrar algo para recordar a mi madre.

- Si, me contastes que tú madre creció en Hong Kong, así que estás nerviosa por eso...- Asentí con la cabeza.- No te preocupes por eso, se que todo va a salir bien.- De eso me abraza.

De eso recordé el regalo que me dio mi padre, todavía no lo he abierto solo para esperarme al llegar a mi destino, pero ya no pude resistir más y lo empecé abrirlo para así tomarme con el libro de recetas proveniente de la familia de mi padre, eso me hizo caer lágrimas de alegría por ese detalle de nuestra herencia.

- Que lindo es tu padre al darte su recetario...- Ahora el estaba llorando, pero no era de alegría, si no de tristeza y dolor.- Eres una chica afortunada al tener ese tipo de padres.

Lo abrace, no me gusta que el sufra por su pasado, de eso nos llama la atención la voz de una chica diciendo que nuestro vuelo está listo para el despegue.

- Bien ¿Estas listo?- le dije con una sonrisa para darle ánimos.

- Contigo  cerca siempre estoy listo.- se devolvió la sonrisa y me dio un beso tierno...

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Me encontraba sentada viendo a través de la ventana la ciudad parisina como se iba haciendo más pequeña hasta perder su rastro entre las nubes, estaba maravillada por lo hermosas que puede ser mi casa desde lejos, no me refiero a literalmente mi casa, si no la ciudad, puede que ese lejos de ella, pero no me van a quitar lo hermoso de ella cuando regrese.

Me acomodé en mi asiento para ver a Adrien que comenzaba a dormirse, me reí por su cara de cansancio total, que después que el se durmiera me entro un terrible sueño gracias a él, que no pude más que cerrar mis ojos y dar un pequeño pensamiento...
«Sera un viaje largo, pero inesperado, espero que las sorpresas que llevemos sean... Agradable»