SECRETOS

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Narra Marinette:
Empezamos a caminar los dos, tenía que recoger un paquete de mi hermanastra para ella, le dije que podía irse, al parecer me quiso acompañar, seguramente para conocernos mejor, al estar caminando note que estaba nervioso, no dejaba de voltear a cualquier dirección.

- Adrien, ¿todo está bien?

- Estoy bien Marinette, no te preocupes.

- Claro que me preocupa, parecer que no quieres ver a alguien, cuidando que no te atrapen.

- Es, una larga historia, te la quiero explicar, pero...- no pudo terminar su oración, tal vez le da miedo en decírmelo.

- Cálmate, lo entiendo, apenas los estamos conociendo y temés a que yo diga algo grosero.

- Yo no desconfío en ti, al contrario me agradas, es que no confío en las personas de alrededor.

- Se nota que no sales mucho de casa.

- Otra larga historia.

- Creo que me debes de contar esas experiencias algo día.

Al llegar a la correspondencia, me dijo que me esperaría afuera, me puse incomoda de ese momento, quería decirle que estaba bien, que puedes irte a tu casa, pero como soy una chica respetuosa le lo deje que me esperaba.

Al entrar vi de inmediato el paquete de mi madrastra, me acerque al mostrador para platicar con el señor que atiende.

- Buenas tardes señorita, que se le ofrece.

- Vengo por un paquete de parte de mi señora.

- Entonces ¿eres su sirvienta?

- Si, me llamo Marinette Dupuag.

- ¿Eres una Dupuag?, la hija de Tom Dupuag.

Me sorprendió al escuchar las palabras del señor, ¿Acaso conoce a mi padre?, Tal vez sea mejor investigar después, ya que tenía que llegar rápido con ella, además no quería que me esperaba tanto Adrien.

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Me dirigí a la salida ya con el encargado, al salir me sorprendió al ver a Adrien discutir con un señor parecido a él que debe de ser su padre, lo estraño que discutían en otro idioma, yo no quise involucrarme en su pelea, pero era tarde, se boltiaron los dos al verme con reacciónes diferentes.

La de Adrien era de vergüenza, al verme se puso totalmente rojo como un tomate y se agachó la cabeza para que no lo viera así, mientras que su padre era de mucha seriedad, con una mirada fría que me hizo la piel de gallina.

- Como lo siento, yo no quise meterme en sus asuntos.- Me dirigí mi mirada al señor, yo no quieria tener problemas.

- ¿Tu quien eres?- me preguntó el señor con demasiada seriedad, antes de decirle algo Adrien le comento primero que yo.

- Ella es mi amiga padre, apenas la conocí ese día.

- Me llamo Marinette Dupuag, es un placer conocerlo señor Agreste.- Acomode la caja para tener una mano libre para estrechar la suya pero no recivi ninguna respuesta de parte de el.

- Ya terminaste de hablar “Señorita”- no entendi su concepto de señorita para el, de la cual dirigió la mirada a su hijo- Como sea, tenemos que irnos Adrien, despídete de tu amm... ¿Amiga?

El no tuvo otra opción que darme un semi abrazo gracias a la caja que tenia, de eso me susurro al oído [como lo siento mucho, no quería involucrarte] de la cual le conteste igual que el {resuelve ese problema con tú padre, mientras siempre seamos amigos}.

Se separo de mi y asintió con la cabeza para después dirigirse con su padre e irse a su casa, mientras que yo me dirigí rápido a la mía sin perder el tiempo, lo que me puso a pensar en dos cosas, es que el señor de los paquetes sabrá donde estará mi padre y la otra es que por que Adrien y su padre estaban peleando, a pesar del segundo pensamiento me lo podría contar Adrien en cualquier momento, pero estaré más sentada en mis estudios y sobre mi padre al preguntar al señor sobre eso en otro momento...

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Hola amigos lectores espero que les guste la quinta parte de la historia. Sin nada más que decir nos vemos pronto.

ROMEO Y CENICIENTA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora