🅟🅐🅡🅣🅔 33

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Ya no tengo hambre, pero quiero evitar quedarme a solas con Edward. Estoy deseando recuperar la memoria antes de tener que hablar con él y volver a ver su expresión de tristeza.

-No olvides que leo la mente -comenta observándome.

Lo ignoro, concentrándome en mi comida, demasiado cansada para bloquear mi mente. La pasta está sabrosa y lo acompaño con vino.

Larie y Jacob comen ensimismados, haciendo que el ambiente se vuelva un poco incómodo.

-Una vez más, dime el motivo de tu presencia aquí -le pido al vampiro.

-Tenía miedo de que algo saliera mal y no iba a dejarte sola.

Miro a Larie, quien sonríe levemente y a Jacob, quien rueda los ojos.

-No estoy sola, a menos que ellos sean fantasmas. Además, si estamos de verdad casados, debes tener un poco más de confianza en mí.

-No es que no confíe...

No lo dejo terminar,levantando una mano para detenerlo.

-No te conozco demasiado, pero creo que tienes un complejo de salvador. ¿Parezco una princesa en apuros? -le pregunto a los tres presentes-. Puedes leer mi mente y ver que aunque sentí algo de temor, no me detuve porque llegar a mi objetivo era más importante.

-¿Esta es una pelea? -me pregunta Edward sin comprender.

-Tómalo como quieras. Si estuvieras en mi lugar también estarías algo enfadado.

Mastico, trago, mastico, trago. El teléfono de la suite hace que salte de mi lugar para ir a contestar.

-Diga.

-Srta. Burke, ya están confirmadas las reservaciones del vuelo del mediodía con destino a Estados Unidos -habla el encargado de la recepción.

-Entiendo. Necesito que tenga lista la cuenta.

-De acuerdo, hasta luego.

Pongo el teléfono en su lugar y regreso a comer.

-Saldremos apenas terminemos con la comida -les aviso.

-¿De nuevo hasta Milán? -pregunta Jacob.

-Sí, vamos hasta el aeropuerto.

Empacamos lo poco que hemos utilizado y dejamos las maletas en un rincón para que las bajen los encargados.

Me acerco a la recepción y pago la cuenta. No me pasa desapercibido que una de las empleadas de recepción no puede apartar la vista de Edward, quien está hablando con Larie y Jacob.

-Si quieres te doy su número, pueden convertirse en buenas amigas -le sonrío.

-¿Acaso es...?

Llevo mi dedo índice a mis labios y soplo apretando mis dientes.

-No lo parece ¿verdad?

Me entregan mi comprobante y me dirijo a la salida.

-Yo puedo conducir -se ofrece Edward y le entrego las llaves algo agradecida.

Me subo en el asiento del copiloto, mi tarea es elegir una buena estación de radio. El vampiro arranca el auto y salimos del hotel.

-Lo siento -me dice después de buscar mi mano para entrelazarla con la suya, lo cual evité al darme cuenta-. Te gusta que nos tomemos la mano.

No digo nada, solo volteo la cabeza hacia el vidrio y me concentro en el paisaje.

-¿Por qué no te ves tan pálido? -me animo a preguntar después de sentir que hay demasiado silencio.

Aroma 🤫||Edward Cullen [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora