🅟🅐🅡🅣🅔 7 ⛔

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Tapo el pincel negro y lo dejo en el cajón del escritorio de la sala de clase. Todos los alumnos levantan la vista para atenderme.

-Les dejaré estos tres problemas para que lo resuelvan, yo saldré a atender un asunto y regreso -le digo a mis alumnos.

Ellos comienzan a copiar del pizarrón mientras yo salgo. Camino por el pasillo del instituto y suelto un pequeño grito cuando me estiran hasta el rincón del cuarto del conserje.

Su aroma me envuelve y emociona. Se supone que soy una profesora del instituto y Edward un alumno más.

-No puedo concentrarme en otra cosa que no sea en saber dónde estás -me revela antes de comenzar a besarme apasionadamente.

Sí, el experimento ha funcionado. El resultado nos dio a conocer que no se trata de una simple atracción, ya que ambos seguimos deseándonos con intensidad.

Sus labios bajan a mi cuello mientras sus manos me acercan más a él. Mis bragas ya están húmedas y él lo sabe. Con mis brazos a su alrededor, vuelvo a buscar su boca en un movimiento desesperado. Asumo que él está pendiente también de lo que sucede en el pasillo, porque yo no puedo hacer otra cosa más que perderme en su boca. Le revuelvo el cabello mientras que pruebo restregarme un poco contra su cuerpo ya que puedo sentir que su miembro comienza a querer unirse a la fiesta. Ahoga un sensual gemido entre mis labios y mete su mano bajo mi falda, pasando sus dedos por el borde del elástico de mis bragas.

-Me estás matando -susurro con la voz ronca.

Salto para poner mis piernas alrededor de su cintura. La falda que llevo ayuda mucho. Él se baja los pantalones y aparta mis bragas. En un segundo lo siento dentro de mí. Reprimo un gemido y lo beso en el cuello.

La noche anterior él había sentido la necesidad de beber de mi sangre, lo cual fue muy inesperado y no tan desagradable como había imaginado.

Mi espalda choca contra la pared y él comienza a moverse. Me encanta lo que me hace sentir y todavía no sé cómo pude estar tanto tiempo sin probar estar con un vampiro.

-No sería lo mismo con cualquiera -me susurra antes de volver a besarme.

-Espero no tener que comprobarlo.

-No tendrás que hacerlo.

-No te detengas.

Acelera la embestidas, besándome de forma a que mis gemidos no nos delaten. Llego primera y él me sigue en poco tiempo. Se derrama dentro de mi haciendo que sienta la calidez de su semilla. En los segundos en los que me recupero, desabotona los primeros botones de mi camisa para recorrer la zona con sus labios. Mi zona íntima vuelve a palpitar queriendo atención. Enredo mis manos en sus cabellos cuando levanta mi sujetador y atiende mis pechos. Aquella zona es una de las más erógenas que poseo y el Cullen lo aprovecha para enloquecerme cuando agrega el movimiento de sus dedos dentro de mí.

Un largo gemido escapa de mis labios sin que pueda evitarlo. Para segurarse de que continúe como segundos antes, disfrutando y sin emitir sonidos, sus labios regresan para adueñarse de mi boca.

-Te necesito de vuelta -logro articular en medio de los besos.

-Si vuelves a hacer ruido, tendremos que salir -advierte con diversión.

-No me importan los demás.

En un abrir y cerrar de ojos, vuelvo a tener las piernas a su alrededor y lo siento comenzar a moverse. Somos demasiados buenos en esto. Mis dedos se cierran contra su espalda cuando volvemos a llegar, esta vez juntos.

Me baja y me da un beso en la nariz antes de comenzar a acomodar su ropa. Hoy, mucho más temprano,  decidimos que veremos a dónde nos lleva lo que tenemos, por lo que aún no se lo diremos a su familia.

Aroma 🤫||Edward Cullen [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora