Capítulo 9: "Su rey"

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Rami.

El viernes llego tan deprisa junto con el cumpleaños de Ela, y la bola de mentiras se hacía cada vez más grande, tanto para ella y para Lucy. Cada noche despertaba en la madrugada con pensamientos negativos atacándome. Hoy tenía que irme antes de hacer algo más que devolverle el anillo a Ela, últimamente, hacía y decía cosas sin pensarlas antes un momento, estaba metiéndome demasiado en el papel de mi hermano.

Aun no hablaba con el sobre su infidelidad, opte por hacerlo mientras Ela estaba en el trabajo y yo, buscaba algún detalle para obsequiarle.

-¿Dónde estás, Rami?-preguntó mi hermano cuando me llamó antes que yo a él.

-En una tienda de San Diego.

-Maldición, Rami. ¿No lo hiciste verdad?

-Si lo hice, y cuando me iba regresé para decirle la verdad. No imaginas como estuvieron las cosas hermano.

-¿Se lo dijiste?-gritó asustado.

-No, no quiero que ella sepa del engaño, así que mantuve la relación estos días, luego yo me iré, tu vendrás y la acabarás tú mismo-dije con serenidad.

-No puedo, hermano.

-¿Pero si pudiste engañarla? ¿Despreciarla porque no se puede embarazar?-maldijo fuertemente del otro lado-No sabía que eras así, hermano, estoy decepcionado de ti, así que te exhorto a que lo arregles o lo termines tu como un verdadero hombre.

-Puedo justificarlo, Rami.

-No me interesa, y no es a mí a quien debes hablarle, sino a ella.

-No me hagas esto, eres mi hermano.

-Y qué vergüenza me da serlo-le colgué la llamada y volví a la tienda. A unos metros de donde estaba, me encontré a Bárbara, ella se acercó a mí.

-Vine a ayudarte con el regalo, porque eres pésimo-exclama.

-Bien, gracias. ¿Qué tienes en mente?-me observa un momento.

-Como pasarán la noche juntos, pensaba en un vestido muy sexy-dijo y se dirigió hacia la ropa-O lencería pero esa es la regalaré yo-trague saliva y no hablé más.

Al final, la chica escogió un vestido de seda con encaje blanco, hasta las rodillas pero con una abertura en la pierna izquierda y con escote. Luego pregunto si yo tenía traje blanco, a lo que negué y ella se apresuró a elegir uno.

-Ya es tarde para arreglar la cafetería, vámonos-me dio las bolsas de la ropa. Llegando al local, ella tomo el vestido y lo metió a una caja junto con una nota que decía "para esta noche;)"

Adornamos el lugar con globos y una pancarta con "feliz 24th cumpleaños, Elani" en grande y con muchos colores. Bárbara me mandó a recogerla a la escuela, cosa que ya tenía contemplada hacer. Fui hacía ahí y en cuanto llegué, ella iba saliendo del lugar, con una sonrisa radiante y un lindo vestido blanco de manta muy discreto, a diferencia del que eligió su hermana.

En cuanto Elani se subió al auto, mi celular recibió una llamada de Lucy, el cual se encontraba sobre el tablero.

-¿Quién es Lucy?-preguntó curiosa.

-No se vale hacer preguntas en tu cumpleaños-sonrió y me besó. El celular dejó de sonar cuando reanude la marcha de vuelta a la cafetería. Suspire con discreción.

Elani casi llora ante la sorpresa. Al ver a todos sus amigos, su nombre en grande y la comida, le hizo muy feliz. Yo comenzaba a sentirme parte de todo y alguien que ella consideraba que no podía faltar en este lugar, ya que constantemente, mientras estaba con sus amigos, felicitándola y abrazándola, buscaba mi mirada entre la multitud, y sorpresivamente, yo siempre estuve observándola. Era una sensación bastante extraña, en su mirada no había mentiras, ni dudas, sobre salía en cada lugar y contagiaba la felicidad en todos los presentes. De repente solo su sonrisa me hacía sentir bien después de pensar en todo el engaño que ha ocasionado mi hermano y su voz era como la miel, tan sueva, delicada y dulce. Sentir que ella estaba enamorada y perdida por mí, o por mi hermano, y en ese caso, yo estaba en ese lugar ahora, me hacía sentir como un rey, de alguna manera.

Estaba consiente, que comenzaba a sentir cosas por ella, me tranquilizaba a mí mismo asegurando que iba a irme mañana, hoy no, porque era su cumpleaños, pero mañana lo haría, ya lo había decidido, quería irme con su sonrisa grabada en mi mente y no sus lágrimas, lo que pasara después, quedaría con ella y mi hermano, y prefería no imaginarlo. Quería continuar mi vida sin saber de la de ellos, como estuve siempre.

Cuando acabo la fiesta, Elani abrió todos los regalos, y cuando abrió el que su hermana eligió, se ruborizo y se emoción tanto, que fue hacia mí, me abrazó y me besó.

-Esta noche-dijo con felicidad y volvió a abrazarme.

Como dijo su hermana, esta noche, organizó una cena para la castaña y para mí, a la orilla de la playa. Fue exactamente en el momento en donde pudimos admirar la puesta del sol, la cual se fue muy deprisa. Estuvimos hablando en toda la cena, y luego, llegó un momento en donde quería expresarle algunas cosas, una disculpa a nombre de mi hermano.

-Eres... la niña más hermosa que he visto en mi vida-se ruborizo-Y quiero disculparme por el daño que te he hecho. El que aun sigas conmigo solo dice lo maravillosa mujer que eres, y no te merezco-sonrió.

-No sé qué sucedió cuando no estuviste, Sami, pero ahora me siento mucho más enamorada de ti que antes, estos días has sido un hombre espectacular. Me has hecho sentir como nunca. Realmente cambiaste-me acaricio la mano, en donde se hallaba su anillo de compromiso-Veo tantas cosas buenas en ti ahora y haces cosas por mí que antes no hacías.

-Tienes un corazón bellísimo, y temo romperlo nuevamente.

-Yo sé que no lo harás. Lo siento muy en el fondo. Hay que luchar por nuestra familia. Se que podríamos hacer una hermosa familia.

-Ela...--la situación parecía ir por un solo camino, y no sabía cómo evitarlo. Elani se levantó de su asiento y me tomó de la mano, invitándome a hacerlo también,

-No hemos terminado de...--me interrumpió besándome, fue ahí cuando ya no pude controlar la situación, y es que cuando Ela me besaba, me perdía en el tiempo y el espacio. La razón abandonaba mi mente y mi cuerpo reaccionaba por si solo a sus caricias y sus roces.

Cuando presionó el interruptor, mi cuerpo despertó y la cargué en mis brazos. Ella envolvió sus extremidades a mi cuerpo y mis pies caminaron hacia la casa. oí al perro ladrar cuando pasamos a su lado, y una vez en la cocina, chocamos contra la pared, rompiendo nuestra conexión.

-Tal vez deberíamos...--me besó otra vez y luego, me jaló hacía las escaleras, antes de abrir la puerta de la habitación, la besé contra la puerta, ella la abrió con una mano, giró con mucha habilidad y me tiró sobre la cama.

Pronto, ella se subió encima de mí, incitando a que le quitara su vestido.

-Ela, no tengo...

-No es necesario, tonto, quiero esto-nos besamos y continuamos dando calor intenso a la habitación durante toda la noche.

Esa noche, me sentí como un rey. Su rey.

Corazón de niña 《Rami Malek》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora