Todo comenzó por un simple concurso de Arte y terminó con Samantha Samuels presenciando un asesinato a sangre fría a tan solo metros de ella
Seria difícil guardar el secreto de aquella noche. Seria aún más difícil que ella no terminara de la misma m...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
єllιвяσ
Probablemente había sido una mala idea el haber esperado a Minhyuk en la Biblioteca.
-Disculpa, ¿podrías ayudarme a encontrar un libro?
-Claro, no hay problema.
Levante mi adolorido trasero de la silla para ir hacia el área de los libros, con aquel chico de cabellos naranjas detrás de mi. Me parece que su nombre era Felix, estaba en mi salón y normalmente era el único que quería hacer equipo conmigo en las materias.
No podía quejarme, Felix tal vez no fuera el cerebrito del salón como yo, pero trabajaba perfectamente bien conmigo, siempre haciendo todo lo que le tocaba a tiempo y en forma. El perfecto compañero de trabajo.
-¿Qué buscas? -pregunte una vez frente al estante.
-La cronología corregida de tiempos antiguos-dijo mirándome mientras subía los escalones de la escalera
-Newton-murmuré
Moviendo mis ojos al compás de mis dedos sobre los libros me detuve al mirar aquel libro Rojo con detalles dorados, lo saque cuidadosamente y baje los escalones con el libro en la mano mientras Félix se hacía unos cuantos pasos más atrás
-Toma-se lo entregue, el chico lo tomó y sonrió
-Gracias, Samantha-agradeció con su voz ronca de siempre
-No hay de que-sonreí de vuelta
Cada quien tomó su camino, por mi parte planeaba volver a mi mesa pero al chocar con el cuerpo de alguien más, lo único planeado fue mi trasero destruido por el suelo de madera de la gran biblioteca.
Bueno, si tenía trasero era seguro que ya había desaparecido con la caída.
-Rayos-acomode mis lentes circulares en el puente de mi nariz.
-Disculpa-Drew Collins ofreció su mano en mi dirección
Le mire, quedándome extrañada de tener uno más de esos encuentros repentinos con el chico de ojos esmeralda y cabello de carbón. Aun con mi ceño fruncido, acepte su mano e hice esfuerzo para levantarme mientras él me jalaba sin esfuerzo
-Esta bien, no medí mis pasos-dije restándole importancia al asunto-Lamento la molestia-me disculpe esta vez yo, tomando mis lentes aún sobre mis orejas disimulando la vergüenza que me daba caerme en público
Collins detuvo mi andar con un ligero agarre casi instantáneo sobre mi muñeca. Mire esta rápidamente sintiendo la zona fría, como si aquello me causara escalofríos.
-Técnicamente yo iba leyendo sin fijarme por donde iba, así que él que debe ofrecer sus disculpas soy yo-habló con aquella aura intelectual que le distinguía.