Todo comenzó por un simple concurso de Arte y terminó con Samantha Samuels presenciando un asesinato a sangre fría a tan solo metros de ella
Seria difícil guardar el secreto de aquella noche. Seria aún más difícil que ella no terminara de la misma m...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Silencio incómodo
Bien, Sam. No hay vuelta atrás una vez que lo veas ya sabes que hacer.
Supongo que el electroshock que mi padre me había regalado de graduación de la secundaria tenia que servir de algo hoy. Bueno eso si no me acuchillaban o me ponían cloroformo antes de poder probarlo
—Esta es una pésima idea—me ajuste los audífonos y me quedé parada en medio de aquella calle solitaria
No se que pasaba por mi loca cabeza para creer que podría descubrir la identidad de aquel asesino siendo una de sus victimas. Probablemente ya estaba tan trastornada que mi cabeza lo veía como una buena idea.
Sin embargo, aunque tenía mucho ánimo suicida estuve recorriendo el mismo camino por más de tres horas. Inclusive cuando el sol ya se había puesto.
—¿En serio? ¿Acaso no luzco como una perfecta víctima?—suspire sintiéndome ofendida
No tenía caso esperar aquí, de todos modos parecía que este sujeto tenía bien planeados sus objetivos. Regrese por donde vine, algo decepcionada pero aún igual de nerviosa por el hecho de estar sola en una calle peligrosa.
Cruce por el callejón donde antes había visto el espectáculo de Drew golpeando a un hombre de manera violenta, lo cual solo me provocó escalofríos por todo el cuerpo.
Me de tuve ahí un momento, tratando de ver si me encontraba con Drew pero para mi mala o buena suerte el pelinegro de ojos verdes no estaba cerca.
—Hola, ¿se te perdió algo?—dio un saltito en mi lugar cuando oí aquella voz detrás de mi
Un chico probablemente de mi edad, solo que con un visible piercing en su ceja derecha y los mismos moretones que Drew llevaba en su rostro casi siempre. Di unos pasos hacia atrás guardando distancia y tomando aquel regalo de mi papá desde adentro de mi bolsillo
—Nada, ya me voy—dije de manera sutil para darle la vuelta y salir corriendo a casa
Sin embargo, supongo que ya adivinan que fue lo que ocurrió después de eso.
Asi es, aquel chico me tomó del brazo antes de que pudiera correr a casa y me mantuvo inmóvil sobre mi lugar. Me miro curiosamente, cosa que solo logró intimidarme aún más.
Bien Sam, ya probamos dos cosas: Primera, que eres estúpida por salir a un matadero tu sola y segunda, que eres demasiado débil y asustadiza por todo.
—¿Quieres acompañarme adentro?—pregunto seriamente, negué con la vista hacia mis zapatos
—Ya me tengo que ir a casa, pero te agradecería que me soltaras—pedí amablemente
El chico sonrió casi riendo por mi fragilidad al hablarle y la manera tan tímida en la que me comportaba.
—Creo que me agrada más la idea de hacerte mi cita el día de hoy, ¿que te parece, linda?