CAPÍTULO 12

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POV Natalia

Pum, pum. Clap.

Su pecho quedó totalmente pegado al mío y nuestras respiraciones aceleradas nos movían a descompás. Fue potente el choque que tuvieron nuestros ojos al encontrarse y, aunque la canción había vuelto a empezar, ninguna de las dos se separó.

— Creo que no has hecho bien uno de los pasos.

Levanté una ceja por su osadía. Tenía bastante claro que no había hecho ningún fallo, así que no sabía muy bien a dónde quería llegar con eso.

— ¿Perdón?

— Estás perdonada, pero yo de ti lo repetiría.

Entrecerré los ojos cuando se separó y fue a parar la música.

¿Me estaba vacilando? ¿Ella a mí?

No sabía lo que se había tomado, pero o estaba mucho más atrevida de lo que recordaba o a mí pasar el fin de semana en casa de mis padres me había ablandado.

— Vale. — Acepté poniéndome de cara al espejo —. Pon el trozo.

La música volvió a sonar y a mí solo me bastaron tres segundos para situarme.

No era tonta, no. Precisamente era la parte del remix con más fuerza, y en la que se requería más control para que las ondulaciones fueran sinuosas sin llegar a ser ordinarias.

¿Quería ir con esas? Pues que se agarrara.

Me aseguré de marcar cada paso con más intensidad de la requerida, viendo por el reflejo lo atenta que estaba a cada uno de los vaivenes y sacudidas de mi cuerpo.

No me detenía y en la parte final interactuábamos mucho más que en el resto, así que me tomé la libertad de improvisar hasta acabar lanzándome al suelo, justo delante de ella, cayendo de rodillas y lanzando mi melena hacia atrás en un golpe de efecto.

Indiferente no se había quedado, desde luego, sino que se lo dijeran a esas pupilas dilatadas que me observaban desde las alturas.

— ¿Crees que debería repetirlo, Alba?

Cargué a propósito la pregunta con un tono sugerente, esperando que apareciera su tartamudeo nervioso; pero contra todo pronóstico, se cruzó de brazos sin romper la compostura.

Eso era nuevo.

— No lo sé. Te has inventado media coreografía.

— Llámalo licencia creativa.

— ¿Por qué siempre tienes respuestas para todo?

Que encogiera la nariz inmediatamente después, me hizo saber que lo había dicho sin pensar. Estaba empezando a reconocer todas sus pautas.

— Digamos que tengo muchas habilidades lingüísticas.

No esperé a ver su reacción para ponerme en pie.

— Eso parece.

¿Así? ¿Sin bugearse, ni nada?

— Bueno, tú me has visto desde fuera, lo justo es que yo te vea ahora a ti también. — Comenté volviendo a terreno seguro —. Veamos si tienes los pasos tan claros como dices.

Aceptó encogiéndose de hombros y caminó hacia el centro de la sala. Cada vez tenía más claro que me estaba perdiendo una parte de la historia, y no sabía hasta qué punto estaba bien con eso.

— ¿Vas a poner ya la canción o vas a seguir ahí mirándome, Natalia?

Solté una carcajada incrédula y puse el remix desde el principio.

Come Out And PlayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora