CAPÍTULO 50

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POV Natalia

(12:06) Natalia: Deja de morderte el labio y sacar la lengua, pesada.

(12:06) Natalia: Me estás poniendo de los nervios.

Dejé el teléfono sobre la mesa y volví a prestar atención a mi portátil, pero me di cuenta del momento exacto en el que vio mi mensaje y levantó la mirada en mi dirección.

Llevaba más de una hora secuestrada por los dos piezas que tenía como hermanos. Santi convenció a nuestros padres para que le dejarán traer su simulador de carreras al salón, y había estado tan emocionado de encontrar a una rival digna, que había permitido a Elena echar alguna partida también. Era algo insólito, normalmente no la dejaba ni acercarse a sus cosas, pero que Alba dijese que iba a dejar de jugar para atender los reclamos de la más pequeña, ayudó bastante. 

Sí, habían secuestrado a mi invitada. Y viendo que estaban todos distraídos, aproveché el tiempo poniéndome a editar con los cascos a editar el último cover que había grabado. Tener al día las redes sociales - con todo lo que estaba pasando - me estaba costando lo mío.

La pantalla de mi teléfono se encendió y eché un rápido vistazo a los sofás, encontrándola levemente apartada y con el suyo entre las manos. Estaba graciosa con el pijama de unicornios que me había regalado mi abuela, le representaba bastante.

(12:08) GatitAlbi: Tú no estabas trabajando?

Sonreí al leer el nombre que le había puesto esta mañana mientras bromeábamos en la cama. Me gustaba, lo iba a dejar así.

(12:09) Natalia: Precisamente por eso.

(12:09) Natalia: Me distraes.

(12:09) Natalia: Basta.

(12:09) GatitAlbi: Vaaale...

(12:09) GatitAlbi: Pesada tú -.-

(12:10) GatitAlbi: Te queda mucho? :(

Nuestros ojos se encontraron y le hice una mueca mientras señalaba a nuestros acompañantes. El problema para quedarse libre no lo tenía yo. Tendría que haberle echo caso, y haber prolongado un poco más nuestra paz en la soledad de mi cuarto.

<<Despertarse y encontrar a escasos centímetros la cara de Alba Reche era otro rollo. Su nariz prácticamente rozaba la mía y la colcha había bajado hasta nuestras caderas, dejándome un plano directo de su espalda al desnudo. 

Le había costado bastante caer dormida, y eso que las ojeras violetas que aparecieron al desmaquillarnos eran una señal más de lo cansada que estaba; pero no logró relajarse hasta que me dediqué a dibujar siluetas sin sentido alrededor de su columna. Mi antigua cama no era ni la mitad de grande que la actual, así que en algún momento de la noche mi pierna había acabado entre las suyas, y ella se había acercado tanto como para que respiráramos el mismo aire. 

Encontrarnos solo a mis padres en el salón nos facilitó la llegada. La recibieron con cariño y no tardaron en ofrecerse para prepararle un habitación, pero tampoco pusieron pegas cuando les dije que dormiría en la cama nido de la mía. Era donde solía dormir Marilia, solo que no nos planteamos ni sacarla, y tardamos más bien poco en despojarnos de la ropa para meternos bajo mis sábanas. Ni siquiera nos molestamos en ponernos algo más allá de unas bragas limpias después de asearnos en mi lavabo.

Come Out And PlayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora