2. El comienzo

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Cuando logró escapar de México y verse sana y salva en Paris lejos de todos, Altagracia se había prometido a sí misma no volver a recaer en lo mismo, sino rehacer su vida y mantenerse alejada de todo lo que fuera ilegal.

Sin embargo no lo logró.

Desde un principio se procuró documentos falsos construyendo una nueva identidad, se ocupó de lavado de dinero multiplicando así su pequeña fortuna que había logrado salvar, se metió en varios problemas y tuvo que escaparse de Francia y luego también de Madrid. Y ahora, regresando en México había empezado con otra actividad afuera de la ley: tenía pequeñas constructoras sembradas por el País a nombre de personas diferentes y gracias a ellas se encargaría de lavar el dinero proveniente del narcotráfico.
Algo que convenía, en plan económico, tanto a ellos como a ella.
¿Pero de verdad había hecho la elección correcta?
No quería tener más problemas. No deseaba volver a tener la policía detrás suyo y el peso de la justicia sobre sus espaldas. Simplemente se había cansado de todo. Pero tenía que hacerle honor a su apodo, la Doña, y recuperar todo lo que algún día fue suyo y le quitaron.

El viaje fue de noche pero ella no logró cerrar los ojos y conciliar el sueño, aunque sea por un par de horas. Tenía demasiadas dudas y ninguna certeza.
¿Qué tal si la iban a reconocer de inmediato? Tenía el cabello rubio, otro nombre y un estilo de vestir elegante pero algo más juvenil. Pero su cara seguía siendo la misma...
¿Y si sus abogados no lograban comprobar su 'inocencia' en breve tiempo?
No quería pasar el resto de sus días encerrada, pero tampoco volver a huir. Nunca fue una cobarde. Además México era el País que la vió nacer, un País que la lastimó en la más profundo pero del cual se sentía parte. Ese era su lugar en el mundo, el lugar donde quería vivir y triunfar. Quería recuperar todo su dinero, su poder, su constructora...Y ¿por qué no? ser, en un futuro no muy lejano, el primer presidente de sexo femenino en la historia de su País. Igual, todos los que lo gobernaron hasta aquel momento eran unos corruptos amantes del dinero; no muy distintos a ella.

También pensó en su familia e inevitablemente en ese hombre que amó por sobretodo las cosas y que ahora odiaba más que a nadie. Ese hombre que juró amarla para siempre y se casó con su hija: Saúl Aguirre.
~Licenciadito...pronto estaremos cara a cara.~pensó con una mezcla de sentimientos encontrados.

Y luego estaban ellas: Isabela, Regina y...Monica. Su hija. El sólo echo de pronunciar su nombre la dolía. Su corazón temblaba al pensamiento de que pronto las tendría de frente.
~¡Como las amo! Pero ustedes también me lastimaron...~

Aterrizaron en Ciudad de México a las 7:20 de la mañana.
Había un fuerte viento; el cielo estaba nublado y en la lejanía se oía el ruido sordo de truenos, reflejando a la perfección el estado de ánimo de Altagracia.

~Me espera por la enésima vez el comienzo de una nueva vida ~

 Vino Leticia (La Doña 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora