REENCARNACIÓN

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Nunca he sido muy buena con las palabras, me tomaría toda una vida poder decirte lo que siento.

Por suerte existe la escritura. Para eso si que soy buena, me podría pasar horas y horas escribiendo sobre ti. 

Por eso te escribo hoy. Para darle las gracias al buen orador, al risueño, al testarudo, a todos los tú que te hacen ser quien eres.

Recuerdo la primera vez que te conocí, me mirase con esos ojos oscuros y esa sonrisa tan tuya que no me dejaron escapar. Me atrapaste, y no quiero que me liberes. 

Recuerdo que solía pensar que éramos tan distintos, como el agua y el aceite. Tu siempre tan sociable, carismático, parecías tener todo bajo control. Mientras yo tan tímida y dulce, pero con una gran fortaleza. Contigo le encontré sentido a la reencarnación, al hecho que dos almas gemelas se encuentren en otra vida, porque te juro que me cautivaste, sentí una conexión que nunca había sentido antes.

Te amo. 

Me costó tanto decir estas palabras por primera vez. Incluso después de que tú  ya las dijeras de forma cotidiana.

Como te dije no soy muy buena con las palabras, pero prometo recordarte cada día lo importante que eres para mí.

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